martes, enero 02, 2007

Lula promete un Brasil con crecimiento

En una ceremonia de asunción que no contó con el fervor popular de hace cuatro años, Luiz Inacio Lula da Silva comenzó ayer su segundo mandato como presidente de Brasil y prometió llevar a cabo un gobierno "popular", pero no "populista", e impulsar el crecimiento, en un país cuyas tasas de evolución son de las más bajas de la región. El reelegido mandatario pronunció un discurso ante los legisladores, en el que repasó los logros de su primer gobierno en materia económica y social, y planteó los desafíos para su segundo mandato, basado en tres palabras: "Acelerar, crecer, incluir". "Hoy estoy de regreso ante este Congreso en el mismo 1° de enero, casi a la misma hora. Todo es muy parecido, pero todo es profundamente diferente", dijo Lula, cuando leía su discurso de 35 minutos, interrumpido 15 veces por aplausos de parlamentarios y de seguidores que asistían desde los palcos a la ceremonia.
El ex líder sindical ganó el 29 de octubre en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, pese a una serie de escándalos de corrupción que involucraron a su Partido de los Trabajadores (PT) en los últimos dos años, a las críticas a la ortodoxia de su política económica y a un triunfo moderado en primera vuelta. Para recuperar el terreno perdido en la campaña por la primera vuelta, Lula advirtió, en la contienda por el ballottage, que su adversario, el conservador Gerardo Alckmin, privatizaría las empresas públicas y reduciría los servicios sociales. Esa táctica lo llevó a una abrumadora victoria. Ayer Lula, se defendió de críticas derivadas de su advertencia sobre Alckmin. "Nuestro gobierno no fue ni es populista. Este gobierno fue, es y será popular", aseguró Lula, quien esbozó las prioridades de su nueva gestión: crecimiento económico, reducción de las desigualdades sociales y mejor educación. "[Cuando asumí mi primer mandato], dije que el verbo «cambiar» iba a regir nuestro gobierno. Y Brasil cambió. Hoy digo que los verbos «acelerar», «crecer» e «incluir» van a regir a Brasil en estos próximos cuatro años. Los efectos de los cambios tienen que sentirse rápida y ampliamente", agregó el mandatario en su discurso. Lula recordó que, durante su primer mandato, se logró controlar la inflación, crear millones de empleos y poner en marcha planes sociales que llegan a millones de pobres. Sin embargo, la tasa de crecimiento de la economía de Brasil, por debajo del 3%, está entre las más lentas de la región, por lo que una de las incógnitas ante el nuevo gobierno es cómo logrará hacer despegar ese crecimiento. "Vamos a destrabar a Brasil para crecer e incluir de forma más acelerada", afirmó, sin dejar en claro cuáles serán sus primeras medidas. "Brasil no puede continuar como una fiera presa en una red de acero invisible, debatiéndose, agitándose, sin ver las redes que lo aprisionan. Es preciso desatar algunos nudos", dijo. Lula ya ha dicho que en las próximas semanas anunciará un paquete de medidas económicas y proyectos de desarrollo de infraestructura.
El presidente ratificó además su compromiso con la responsabilidad fiscal y una política económica que ha permitido al país mantener la estabilidad y la baja inflación, así como reducir la vulnerabilidad externa. Esa rígida política económica es criticada por la izquierda, que cree que esa estrategia no es compatible con el desarrollismo que Lula busca imponer en su segundo mandato. Serio, pero sin que le saltaran las lágrimas como hace cuatro años, Lula se sumergió, después de su discurso, entre los abrazos y saludos de decenas de congresistas -incluso opositores-, mientras que otros le sacaban fotos con sus teléfonos celulares. Su alocución terminó con una suerte de plegaria, en la que afirmó que Dios había sido muy generoso con él. A la salida del Congreso, se dirigió en auto al palacio presidencial.

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