El prefecto (gobernador) de Cochabamba, Manfred Reyes Villa, manifestó ayer su preocupación porque el sitio en su contra que realizan sindicatos oficialistas promovidos, a su juicio, por el gobierno del presidente Evo Morales, derive en una guerra civil. En declaraciones a la red televisiva Unitel, Reyes dijo desde Santa Cruz, donde se halla refugiado, que los enfrentamientos protagonizados por seguidores de Morales para que renuncie, con otros grupos de activistas, pueden derivar en ``una guerra civil''. ''Yo no voy a permitir que se enfrente mi pueblo en Cochabamba, yo no seré el autor de una guerra civil en el país'', dijo con lágrimas en los ojos Reyes, quien fue democráticamente elegido en diciembre del 2005 para una gestión de cinco años.
Sectores que forman parte del gubernamental Movimiento al Socialismo (MAS) exigen la renuncia del prefecto por haber anunciado su deseo de, en el marco constitucional, conseguir firmas para llamar a un referéndum donde la población cochabambina manifieste si quiere darse un gobierno autonómico. Reyes señaló que esa excusa para derrocarlo forma parte de una estrategia del gobierno para deponer a los prefectos no oficialistas, un total de seis de nueve funcionarios. ''En realidad se trata de un golpe a la democracia'', indicó Reyes a la red televisiva Bolivisión, al señalar que ha decidido no insistir con la convocatoria a un referéndum autonómico. ``La democracia corre peligro en nuestro país''. Por otra parte, dirigentes vinculados al gobierno organizaron una asamblea en la vecina ciudad de El Alto para exigir también la renuncia del prefecto de La Paz, el líder opositor José Luis Paredes.
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