Los grupos de combate de dos portaaviones, un centenar de bombarderos y 10.000 militares iniciaron ayer las mayores maniobras de Estados Unidos en el golfo Pérsico desde vísperas de la invasión de Irak. La demostración de fuerza tiene todos los ingredientes de una advertencia a Irán en un momento de renovada tensión por su captura de 15 marinos británicos y su negativa a suspender su programa nuclear. El primer ministro británico, Tony Blair, amenazó ayer con "pasar a una nueva fase" si Irán no libera a los militares detenidos.
"El ejercicio militar muestra la capacidad para planificar y llevar a cabo operaciones en el marco del compromiso a largo plazo de EE UU para mantener la seguridad marítima y la estabilidad en la región", aseguraba el comunicado difundido por la V Flota norteamericana con base en Bahrein. El texto se refería a la coordinación del portaaviones Eisenhower, desplegado desde hace meses en el golfo Pérsico, y del Stennis, que llegó ayer a esas aguas desde el mar de Omán, donde daba apoyo a las fuerzas que operan en Afganistán e Irak. El comandante Kevin Aandahl declaró que las maniobras no habían sido organizadas en respuesta a la captura de los marinos británicos y tampoco pretenden amenazar a la República Islámica, pero se eludió precisar cuándo habían sido planeadas. Aandahl aseguró que los barcos de guerra estadounidenses permanecerían fuera de las aguas territoriales iraníes.
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