El mandataro inicia hoy su gira de 8 días por cinco países para promover su 'agenda positiva'. En Sao Paulo, el Partido de los Trabajadores lo recibirá con protestas. Un presidente de un país importante llegó ayer a Sao Paulo, en medio de un fuerte dispositivo de seguridad. No, no se trata del estadounidense, George W. Bush, que esta noche hará su arribo, sino del alemán Horst Kohler, quien vio opacada su gira al enterarse de que semejantes medidas de seguridad no se debían a su presencia. Después de todo, Kohler no es el "más odiado", como reconoció el jefe de la Policía federal, Flavio Trivella, al presentar el gigantesco operativo de seguridad en el que Brasil bailará al ritmo de la visita de Bush.
Cortes de tránsito, en una ciudad donde circulan a diario más de cinco millones de vehículos; helicópteros con cámaras para seguir los 15 autos de la comitiva presidencial que se movilizarán por la ciudad, y que terminaron de llegar ayer a bordo de los aviones de la fuerza aérea de E.U.; y manifestaciones del oficialista Partido de los Trabajadores (PT) en varias ciudades para repudiar la presencia del jefe de Estado estadounidense, hacen parte del comité de recepción. "Tenemos todo planificado para que el Presidente ni se entere de que están se manifestado en su contra", explicó Trivella. La idea es cercar sectores de la ciudad, a más de 500 metros por donde se desplace Bush. Para ello cuentan con 3.900 efectivos, entre policías, militares, francotiradores y el personal del servicio secreto de E.U. que suele desplazarse en este tipo de ocasiones.
Bush, que trae bajo el brazo su "agenda positiva", llega aquí con una meta fundamental: alcanzar un acuerdo con Brasil para la producción de Etanol y el desarrollo de los biocombustibles (conocida como la energía limpia). El otro tema sobre la mesa será la hiperquinética política que impulsa Hugo Chávez en la región. Y aun cuando ni Bush ni Lula lo han confirmado, fuentes diplomáticas brasileñas sostienen que "el tema Chávez debe hablarse abiertamente, para que no se generen suspicacias".
Pero mientras Lula y Bush se dan apretones de mano, en la Avenida Paulista el PT, junto a diversas organizaciones sociales y movimientos de izquierda, protestará por su presencia. "El PT manifestará en las calles su desacuerdo con el modo que E.U. actúa en el escenario mundial", afirmó su presidente Ricardo Berzoini.
Así se prepara la primera escala de Bush en su gira por la región donde, según el último Latinobarómetro, solo el 29 por ciento de los latinoamericanos lo observa como un presidente "positivo", tan sólo 3 puntos más que el 26 por ciento que respalda a Chávez, con quien se medirá el texano a partir de mañana, cuando él desembarque en Montevideo y el venezolano en Buenos Aires.


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