El presidente Néstor Kirchner decidió ayer intervenir por decreto el Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas), luego de haber echado al titular del organismo, Fulvio Madaro, sospechoso de haber cobrado coimas de la empresa sueca Skanska para la ampliación de dos gasoductos. Como interventor Kirchner nombró a Juan Carlos Pezoa, un estrecho colaborador del jefe de Gabinete, Alberto Fernández, que tendrá como tarea investigar internamente el trabajo del organismo en el escándalo de mayor envergadura para el gobierno nacional.
El decreto 571 fue firmado por Kirchner, Fernández y el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, dentro de cuya órbita está el órgano de control cuestionado. Minutos antes de conocerse la intervención, el Presidente reiteró en un reportaje radial que el caso que ya tiene a 23 funcionarios nacionales bajo la lupa de la Justicia es un asunto de corrupción entre privados (sobre lo que se informa en la página 7). Además, Kirchner defendió su decisión de desplazar a Madaro y al titular de Nación Fideicomisos, Néstor Ulloa. "Que nadie vea algún tinte de encubrimiento", advirtió. El decreto de intervención del Enargas, de ocho páginas, aclara que de los informes habituales de gestión "no surge noticia suficiente de la existencia de anomalías funcionales de gravedad", pero que, de todas maneras, el Gobierno considera "necesario disponer una intervención transitoria" de, al menos, 180 días por estar cuestionada la actuación del organismo.
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