Ilegales africanos descansan en la cubierta de un buque de rescate en Los Cristianos, Canarias, luego de haber intentado tocar suelo europeo en tres buques de pescadores
Foto: Reuters
Con la llegada del buen tiempo, los europeos vuelven a ser testigos del drama de los desesperados inmigrantes africanos que cruzan el mar en precarias embarcaciones para entrar ilegalmente en el continente vecino, en busca de una mejor vida. Ayer, 894 subsaharianos sin papeles, muchos de ellos mujeres y niños, fueron detenidos en las costas de Italia y España. Fue la mayor avalancha de ilegales en lo que va del año. La masiva llegada de inmigrantes clandestinos encendió las luces de alarma en España, que el año pasado enfrentó un fenómeno migratorio sin precedente en su historia, con el arribo de más de 31.000 ilegales africanos a las islas Canarias. El clima cálido y el mar calmo favorecieron la llegada de los inmigrantes, después de que los primeros tres meses del año registraran un descenso en el número de ilegales que arribaron a las costas europeas, en comparación con el mismo período de 2006.
El nuevo capítulo de este drama humano provocó un enfrentamiento entre el gobierno español y el opositor Partido Popular, de derecha, en plena campaña para las elecciones locales del 27 próximo, después de que Mariano Rajoy, presidente del PP, afirmara que la política migratoria de los socialistas había convertido a España en "el hazmerreír de Europa". Entre la mañana y la noche de ayer, por lo menos 430 africanos indocumentados, entre ellos más de 20 niños, fueron detenidos por las fuerzas de seguridad en las costas de las islas Canarias, a las que llegaron en seis rudimentarias embarcaciones, lo que elevó a 840 el número de inmigrantes que arribaron en los últimos tres días. Desde principio de mes, fueron 872 los inmigrantes sin documentos que llegaron a las Canarias.


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