El Partido Laborista sufrió un retroceso en las elecciones municipales y regionales celebradas ayer en Inglaterra, Gales y Escocia, las últimas de la era de Blair, pero los primeros resultados difundidos indican que el partido gobernante ha logrado evitar un "desastre electoral". Mientras el escrutinio de los votos aún continuaba en la mañana de este viernes, los primeros resultados confirman los pronósticos de una pérdida de apoyo al Partido Laborista en las tres regiones británicas, aunque no en la magnitud prevista. La jornada electoral "no ha sido brillante para el laborismo", admitió el ministro de Exclusión Social, Hilary Armstrong.
Casi 40 millones de votantes estaban convocados a acudir a las urnas en todo el país, a excepción de Londres. En Escocia, el Partido Nacional Escocés (SNP), que preconiza la separación de Escocia del Reino Unido, logró incrementar su caudal de votos en los comicios del jueves. "El viento del cambio está soplando por la política escocesa", comentó el líder del SNP, Alex Salmond. En las elecciones para renovar el parlamento regional de Gales y más de 300 asambleas municipales en Inglaterra, el Partido Laborista perdió varios escaños. En Birmingham, la segunda ciudad de Gran Bretaña, el Partido Conservador, que dirige David Cameron, se convirtió en la primera fuerza política. Sin embargo, el Partido Laborista consiguió defender varios escaños que se consideraban en peligro. De acuerdo con proyecciones difundidas por la cadena BBC, el Partido Laborista obtuvo a nivel nacional el 27 por ciento de los votos, frente al 41 por ciento de los conservadores y el 26 por ciento del Partido Liberal Demócrata.
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