Cuando faltan pocas horas para que se conozca el nombre del próximo presidente de Francia, la tensión crece a pasos agigantados en los suburbios, donde ya se extremaron las medidas de seguridad por temor a que se produzcan incidentes similares a los ocurridos a fines de 2005. La socialista Ségolène Royal dio el tono ayer advirtiendo que si llega a ganar su rival, el conservador Nicolas Sarkozy, se corre el riesgo de que los barrios populares estallen en llamas. "La elección de Nicolas Sarkozy es una elección peligrosa", aseveró la socialista y lanzó "un alerta por los riesgos de esta candidatura y las violencias y brutalidades que se desencadenarán en el país".
Royal se refirió a este "tabú" que nadie evoca, según ella, luego de que tres sondeos sucesivos la dieran como perdedora del ballottage de mañana. Cuando le preguntaron si la elección se resumía finalmente entre ella y el caos, la socialista aseguró que "hay algo de verdad en esa visión de las cosas".
Desde que estallaron los disturbios en los suburbios de las principales ciudades francesas, Sarkozy -a quien hicieron responsable de alimentar la animosidad hacia los jóvenes de los barrios populares en su mayoría hijos de inmigrantes- se convirtió en persona no grata.
Ayer, en el barrio periférico de Clichy-Sous-Bois, al norte de la capital francesa, todo parecía normal. Los únicos signos que dieron una idea del clima electoral en el que se encuentra Francia se notaron delante de las escuelas que mañana se transformarán en centros de voto.
Allí, pegados a dos soportes metálicos, están los afiches de campaña de la socialista Ségolène Royal y del conservador Nicolas Sarkozy, ambos finalistas a la elección presidencial de mañana. No puedo votar, pero si pudiese votaría por Royal", dice Adda, estudiante de secundario, explicando a su manera que Sarzkoy "es un peligro". Ese es, en gran medida, el sentimiento que predomina en los suburbios. Sarkozy es la encarnación del mal y Royal el único candidato que puede frenarlo.
Fuente: Diario La Nación de Buenos Aires
Royal se refirió a este "tabú" que nadie evoca, según ella, luego de que tres sondeos sucesivos la dieran como perdedora del ballottage de mañana. Cuando le preguntaron si la elección se resumía finalmente entre ella y el caos, la socialista aseguró que "hay algo de verdad en esa visión de las cosas".
Desde que estallaron los disturbios en los suburbios de las principales ciudades francesas, Sarkozy -a quien hicieron responsable de alimentar la animosidad hacia los jóvenes de los barrios populares en su mayoría hijos de inmigrantes- se convirtió en persona no grata.
Ayer, en el barrio periférico de Clichy-Sous-Bois, al norte de la capital francesa, todo parecía normal. Los únicos signos que dieron una idea del clima electoral en el que se encuentra Francia se notaron delante de las escuelas que mañana se transformarán en centros de voto.
Allí, pegados a dos soportes metálicos, están los afiches de campaña de la socialista Ségolène Royal y del conservador Nicolas Sarkozy, ambos finalistas a la elección presidencial de mañana. No puedo votar, pero si pudiese votaría por Royal", dice Adda, estudiante de secundario, explicando a su manera que Sarzkoy "es un peligro". Ese es, en gran medida, el sentimiento que predomina en los suburbios. Sarkozy es la encarnación del mal y Royal el único candidato que puede frenarlo.
Fuente: Diario La Nación de Buenos Aires
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