Una lucha que se venía gestando hacía años

Los viejos demonios de Al-Fatah -la falta de liderazgo, las disputas internas mezquinas y la corrupción- contribuyeron con su funesto resultado en la lucha de esta semana contra Hamas. Mientras un disciplinado Hamas sistemáticamente fabricaba y acumulaba armas, Al-Fatah no logró prepararse a tiempo para el inevitable enfrentamiento con los militantes islámicos en Gaza. En la lucha de esta semana, los desorganizados combatientes de Al-Fatah fueron superados en cantidad de armamentos y aplastados por los militantes de Hamas, que eran menos. Muchos habitantes de Cisjordania, que observaban indignados las imágenes por televisión de la caída de Gaza, culparon del derrumbe al líder de Al-Fatah, el presidente palestino, Mahmoud Abbas, considerado demasiado indeciso para ordenar un contraataque.

Cuando Hamas lanzó esta semana su feroz ataque contra el complejo de oficinas de seguridad de Al-Fatah en Gaza, ninguno de los principales líderes de Al-Fatah estaba en la franja costera para asumir el mando. Es difícil calcular los arsenales de Hamas y Al-Fatah debido al carácter secreto que rodea la acumulación de armamento en Gaza. Al-Fatah tenía más combatientes, pero los de Hamas están mejor adiestrados. Además, en los últimos días Hamas logró una ventaja decisiva al apoderarse de armas y municiones en las capturadas posiciones de Al-Fatah. Sin embargo, en última instancia, todo se redujo a la actitud mental y no al armamento. "Hamas tiene liderazgo, un objetivo, una ideología y financiamiento, mientras que Al-Fatah no tiene liderazgo ni objetivo ni visión ni dinero", comentó el analista político de Gaza Talal Okal. Abandonadas y sin un plan ni un comando central, las fuerzas de Al-Fatah pronto se disolvieron. Por otra parte, Hamas se movió paso a paso. Tomó puestos de avanzada antes de apuntar y caer sobre los principales objetivos:los cuatro cuarteles de seguridad de Al-Fatah en Gaza. "No se puede dar batalla por teléfono celular", se quejó Fathi Kader, un coronel de la policía palestina, al referirse a la lejanía de los líderes de Al-Fatah. A los combatientes de Hamas los impulsa la fe fundamentalista, pero también el deseo de venganza.

Durante 12 años en el poder, Al-Fatah los reprimió muchas veces. El escenario de la derrota de esta semana en Gaza quedó instalado hace años, cuando líderes de Al-Fatah ignoraron las advertencias de que la corrupción y la arrogancia partidaria ahuyentarían a los votantes. Esos sentimientos, junto con la muerte de Yasser Arafat en 2004, llevaron a Hamas al poder en 2006. Abu Bakr, el líder de Al-Fatah en Nablus, expresó su esperanza de que la derrota en Gaza fuese un llamado de atención para que su movimiento despertara.

Fuente: Diario La Nación de Buenos Aires