El presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva confesó que se sintió triste por los abucheos que le impidieron inaugurar los Juegos Panamericanos en el Maracaná y culpó por la afrenta a "un grupo de personas" que, afirmó, no representa a la población de Rio de Janeiro. "En mi vida política, el abucheo y el aplauso son dos momentos de reacción del ser humano. Lo único que particularmente me deja triste es que yo fui preparado para una fiesta. Es como si me hubiesen invitado al cumpleaños de un amigo y al llegar me encontrase con un grupo de personas que no querían mi presencia", dijo Lula en su programa radial semanal. "Yo estoy seguro de que ese no es el pensamiento de Rio de Janeiro", declaró Lula, al referirse a las seis rechiflas que estallaron cada vez que las pantallas mostraban su imagen o los presentadores mencionaban su presencia en el estadio, en el acto inaugural del viernes. "Cuando terminó el acto, varias personas me dijeron que [el abucheo] había sido organizado, que había gente que había sido invitada. A mí no me interesa lo que ocurrió; ya ocurrió. Lo importante es que fue una inauguración extraordinaria de los Juegos Panamericanos", sostuvo el mandatario.
El ministro de Deportes, Orlando Silva, atribuyó a una conspiración los abucheos: "A mí me pareció algo orquestado. Bastaba con observar de dónde venían para darse cuenta de que era algo orquestado", afirmó.
El acto se llevó a cabo ante 60.000 espectadores.
El ministro de Deportes, Orlando Silva, atribuyó a una conspiración los abucheos: "A mí me pareció algo orquestado. Bastaba con observar de dónde venían para darse cuenta de que era algo orquestado", afirmó.
El acto se llevó a cabo ante 60.000 espectadores.


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