viernes, julio 27, 2007

Raúl Castro anunció "cambios estructurales" en la isla

El acto central de la principal fiesta de la revolución cubana fue encabezado por el presidente provisional Raúl Castro, ante la ausencia de su hermano Fidel, quien hace excactamente un año apareció públicamente por última vez en esta conmemoración. Escoltado por la alta dirigencia política y militar de la isla, Raúl presidió los festejos del 54º aniversario del fallido asalto al cuartel Moncada, la primera acción rebelde que desembocó en el triunfo de la revolución en 1959 y aprovechó su espacio para anunciar "cambios estructurales necesarios" para mejorar la eficiencia y productividad de la isla, al mismo tiempo que reveló que está estudiando incrementar la inversión extranjera.
El gobernante interino de Cuba fue claro en su discurso y con tono firme lanzó: "Habrá que introducir los cambios estructurales y de conceptos que resulten necesarios". "Estamos ante el imperativo de hacer producir más la tierra que está ahí, con tractores o con bueyes, de generalizar con la mayor celeridad posible aunque sin improvisaciones cada experiencia de los productores destacados tanto del sector estatal como del campesino y de estimular convenientemente la dura labor que realizan", sostuvo ante el problema que supone, subrayó, el incremento de los precios internacionales de los productos alimenticios que hasta la fecha Cuba se ve obligada a importar por la falta de producción propia. "Para tener más, hay que partir de producir más y con sentido de racionalidad y eficiencia, de forma que podamos reducir importaciones, en primer lugar de alimentos que se dan aquí y cuya producción nacional está aún lejos de satisfacer las necesidades", insistió en el discurso pronunciado en la ciudad de Camagüey. "Cualquier incremento de salarios o descenso de precios, para que sea real, sólo puede provenir de una mayor y más eficiente producción y prestación de servicios que permita disponer de más ingresos", recordó, y llamó a combatir el "despilfarro", insistiendo en que "nadie puede darse el lujo de gastar más de lo que tiene".
En tanto, Raúl Castro advirtió que Cuba "no salió todavía del periodo especial", la grave crisis económica en que se sumió la isla tras la caída del bloque soviético. Llamó por ello a tener una "clara conciencia" de los "problemas, deficiencias, errores y actitudes burocráticos o indolentes" que dijo se exacerbaron por las "circunstancias del periodo especial", y que pidió erradicar.
Oferta de diálogo. En su mensaje, volvió a realizar una oferta de diálogo a los Estados Unidos, aunque consideró que sólo será posible cuando acabe la "peligrosa" y "retrógrada" administración de George W. Bush. "La nueva administración tendrá que decidir si mantiene la absurda, ilegal y fracasada política contra Cuba o acepta el ramo de olivo que extendimos", aseveró. "Si las nuevas autoridades norteamericanas dejan por fin a un lado la prepotencia y deciden conversar de un modo civilizado, bienvenido sea. Si no es así, estamos dispuestos a continuar enfrentando su política de hostilidad incluso durante otros 50 años", añadió. Rechazo norteamericano. El diálogo que el gobierno de Cuba necesita es "con el pueblo cubano", dijo el portavoz del Departamento de Estado norteamericano, Sean McCormack, al rechazar la tercera oferta de contacto del presidente provisional de la isla, Raúl Castro. "El único diálogo real que necesita es con el pueblo cubano. Y pienso que si el pueblo cubano fuera capaz de expresar su opinión sobre la cuestión de si le gustaría o no elegir libremente a sus líderes, la respuesta sería probablemente sí", expresó McCormack a la prensa. "Desafortunadamente, no hay un diálogo en Cuba en este momento. Por lo tanto esperamos el día que el pueblo cubano tenga la oportunidad de tener este diálogo libre y abierto. El diálogo debe ocurrir en Cuba", añadió el vocero. Fidel, ausente. Por primera vez en los últimos 48 años el líder cubano delegó su discurso en éste acto de conmemoración. Aunque todavía no existen visos de un retorno ni seguridad alguna respecto a su completa recuperación, el líder cubano, a punto de cumplir 81 años, dio muestras en los últimos meses de su intención de seguir marcando las pautas. La vía que encontró para ello es, por el momento, la escrita. El comandante en jefe cambió uniforme y tribuna por ropa deportiva y pluma, y en los últimos meses redactó decenas de "reflexiones" que los medios cubanos difunden.

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