Bolivia celebra este lunes los 182 años de su creación, en un clima de tensión en sus regiones, sin una nueva Carta Magna y con una Asamblea Constituyente debilitada por las presiones externas y dividida por dos visiones de país. Los principales actos de conmemoración se realizarán en la ciudad de Sucre, donde el presidente de la República, Evo Morales, presentará al país, desde las 10.00, su informe de gestión. Posteriormente, se prevé que Morales participe de la reunión plenaria de la Asamblea Constituyente, instancia que ahora enfrenta una de sus peores crisis. Otro era el panorama el 6 de agosto del 2006, cuando se instalaba en Sucre la Asamblea con la promesa de redactar en un año una nueva Constitución, que impulsaría un nuevo pacto social. Sin embargo, al cabo del plazo establecido por ley, este órgano deliberante no logró aprobar ni un solo artículo de la nueva Carta Magna, hecho que provocó que, el pasado viernes, el Congreso ampliara mediante una ley las sesiones del cónclave hasta el 14 de diciembre, incluyendo nuevas reglas de trabajo para el foro.
Esta decisión puso en entredicho la independencia y el carácter originario con el que nació la Asamblea y levantó una ola de voces críticas, en especial en la bancada oficialista, las que piden el desacato a la norma congresal. La escena más representativa de la fractura que se vive en el seno de la Asamblea se sintió este sábado en Sucre, cuando los representantes del Consejo Nacional de Ayllus y Marcas del Qollasuyo (Conamaq) —que cuentan con 14 asambleístas— clausuraron simbólicamente las sesiones del órgano deliberante, por considerar que el cónclave ya no representa sus demandas. Así, los indígenas, que por años reclamaron la instalación de una Constituyente, ahora se declararon al margen de ésta. Mientras tanto, un bloque de asambleístas disidentes de varios partidos salió a la palestra pidiendo mediante un manifiesto el ´cierre del Congreso Nacional por la abusiva usurpación de funciones´, lo que ahora enfrenta a la Asamblea con los poderes constituidos.
Además, los constituyentes del MAS y el MSM advirtieron con no acatar la decisión congresal. ´Alguien tendrá que explicarle a Bolivia el por qué la Asamblea Constituyente no ha podido cumplir con sus promesas hechas al país, con las expectativas hechas a la población y con la misma ley´, reflexionó el asambleísta independiente Jorge Lazarte. Adelantó, además, que las presiones sobre la Asamblea, ´como las movilizaciones y las imposiciones apoyadas en la lógica del ultimátum, pueden gravitar en el resultado de la Constituyente´.
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