jueves, agosto 09, 2007

Chávez y Lula se disputan el liderazgo suramericano

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, promueve en México, Honduras, Nicaragua, Jamaica y Panamá las bondades de los biocombustibles; mientras en el sur, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, garantiza la provisión de petróleo y derivados a Argentina, Uruguay, Bolivia y Ecuador, con la finalidad de consolidarse líderes en la región. Parecería una estrategia finamente coordinada. En realidad, se trata de manifestaciones de una rivalidad que ninguno de los dos países, y sobre todo ninguno de los dos presidentes, ha reconocido abiertamente. Brasil es el mayor productor y exportador de etanol de caña de azúcar, y el presidente Lula ha aprovechado los precios récord del petróleo y la preocupación por el calentamiento global para ofrecer los biocombustibles como solución a ambos problemas. Venezuela, en cambio, es el exportador de petróleo más importante de América Latina, y en esa calidad el presidente Chávez prometió satisfacer las necesidades energéticas de sus aliados en Suramérica durante el próximo siglo.
Lula firmó en México, Nicaragua y Honduras proyectos conjuntos para producir etanol. Sin embargo, el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, afirmó ayer que en su país es "completamente inadmisible y un crimen" producir etanol derivado del cultivo de maíz. Por su parte, Chávez firmó en Buenos Aires un tratado de seguridad energética, pero también habló sobre la necesidad de construir infraestructura que permita aprovechar energías eólica, solar y nuclear.






En Uruguay Chávez suscribió ayer con su homólogo Tavaré Vázquez un "Acuerdo de Seguridad Energética" por el cual este pequeño país solucionará su falta de petróleo. Para Francisco Panizza, profesor de Política de América Latina y experto en Relaciones Internaciones de la London School of Economics (LSE), la relación entre Lula y Chávez refleja la situación de los dos países en el contexto internacional. "Yo creo que sin duda es una rivalidad que ninguna de las dos partes ha reconocido abiertamente", dijo el profesor Panizza. "Sin duda Brasil y el presidente Lula se consideraron siempre líderes naturales por el peso que tiene Brasil en América Latina, y ahora le ha salido la competencia de Chávez con una política exterior muy dinámica, muy agresiva, y con el respaldo de los petrodólares".
La capacidad negociadora Lula y Chávez difieren en su forma de concebir los modelos de integración en América Latina, con relaciones en Estados Unidos, con tratar de cambiar la agenda de América Latina, "en lo cual Chávez ha tenido gran efectividad", según Panizza. La gran carta de Chávez, señala el profesor uruguayo, "ha sido siempre el petróleo, y ahora Brasil se encuentra con la carta del etanol y la está tratando de jugar para balancear el peso de los petrodólares de Chávez". La política latinoamericana de Chávez tiene objetivos más políticos que económicos. "Busca dinamizar una América Latina distinta, si se quiere más volcada hacia la izquierda y más en confrontación con los Estados Unidos. Al mismo tiempo busca asegurarse mercados alternativos para el petróleo, alternativos a Estados Unidos, que es su principal cliente", señala Panizza. Para Brasil, "la cuestión tiene que ver con su posición como una potencia emergente a nivel mundial". En todo caso, concluye el profesor de LSE, "el liderazgo de América Latina refuerza la capacidad negociadora que Brasil tiene a nivel mundial en cuestiones como la Organización Mundial del comercio y otros foros, capacidad que, por cierto, no tiene Venezuela".

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