Los principales candidatos presidenciales demócratas --enfrascados en una contienda cuyo tema principal ha sido la guerra de Irak-- plantearon ayer posiciones contrastantes sobre los viajes familiares a Cuba, que le aportan a la isla cientos de miles de dólares de los votantes del sur de la Florida. En una columna de opinión que se publicó ayer en The Miami Herald, Obama atacó la política del presidente Bush --que sólo le permite a los cubanoamericanos visitar a sus familiares en Cuba una vez cada tres años, y enviarles $100 mensuales-- como ``una estrategia disparatada cuando se trata de apoyar la causa de la libertad y la democracia en Cuba''.
Entretanto, su rival, la senadora Hillary Clinton continuó su dura y crítica actitud hacia la administración Bush. El portavoz de la campaña de Clinton dijo que la senadora está de acuerdo en que los exiliados deberían tener la libertad de enviar dinero a sus familias en Cuba, pero que no está a favor de ''ningún cambio significativo'' en las restricciones de viajes hasta que desaparezca el régimen de Castro. En el 2005, Clinton votó infructuosamente junto a Obama para eliminar las restricciones en viajes familiares en ``casos humanitarios''. ''La senadora Clinton apoya el embargo y nuestra actual política hacia Cuba, y hasta que no se sepa con claridad qué vientos políticos puedan venir con un nuevo gobierno --si es que hay un nuevo gobierno-- no podemos hablar de cambios en la política de Estados Unidos'', dijo el portavoz Mo Elleithee.

Dos de los principales candidatos republicanos, Rudy Giuliani y Mitt Romney, dieron a conocer ayer fieras declaraciones en las que decían que la proposición de Obama podría servir para ayudar al régimen de Castro. La prominencia de Cuba en la agenda presidencial refleja un nuevo nudo en la Florida en la temporada de las elecciones primarias, bajo una nueva ley que llevó el voto del estado de marzo a enero, justo detrás de Iowa y New Hampshire. La disputa sobre los viajesa la isla no hace sino extender una batalla de política exterior entre los dos principales candidatos demócratas, algo que comenzó el mes pasado cuando Obama dijo que estaría dispuesto a reunirse con los gobernantes de países enemigos como Cuba y Venezuela. En aquella ocasión, Clinton aprovechó el comentario del senador para presentarse a sí misma como una candidata más madura; Obama mantuvo sus palabras y afirmó que estaba abierto al cambio. De igual modo, los senadores tomaron posturas diferentes en el 2005 con respecto a la ayuda federal para TV Martí. Clinton votó junto a la mayoría para mantener las transmisiones norteamericanas a la isla, en tanto el portavoz de Obama, Jen Psaki, dijo que pensaba que el dinero empleado en TV Martí --que habitualmente es interrumpida por el régimen de La Habana-- podría ser mejor utilizado en tratar de resolver otros asuntos democráticos.


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