En una visita que promete abrir un nuevo capítulo en las relaciones recíprocas entre las dos principales economías de América latina, el presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, llegó anoche a México para reunirse hoy con su par mexicano, Felipe Calderón, y reforzar los vínculos comerciales entre ambos países. La visita de Lula, que apunta a descomprimir las relaciones bilaterales después del distanciamiento producido durante el gobierno de Vicente Fox, tiene un fuerte carácter político, ya que ocurre en medio de una silenciosa disputa entre las dos potencias económicas por el liderazgo en la región.
Según los analistas, Lula, que no está dispuesto a que se ponga en duda su supremacía en América del Sur, busca aliarse con Calderón para contrarrestar su creciente influencia en el Cono Sur. Desde que llegó al gobierno, en diciembre pasado, Calderón intentó dar un nuevo impulso a las relaciones con América latina y, especialmente, reforzar la integración con los países del sur del continente, objetivo para el cual encontró en la Argentina a un importante socio. La visita de Lula, de hecho, se produce una semana después de la del presidente Néstor Kirchner, durante la cual el mandatario argentino promovió públicamente el ingreso de México al Mercosur. En ese sentido, el canciller brasileño, Celso Amorim, afirmó ayer, pocas horas antes de embarcarse con Lula rumbo a México, que no es el momento de que el país azteca se incorpore al bloque sudamericano.
Lula, que llegó anoche a México acompañado por una comitiva de 50 empresarios, se reunirá hoy con Calderón. Mañana partirá a Honduras, segunda escala de una gira de seis días que incluirá Nicaragua, Jamaica y Panamá, y tendrá como objetivo potenciar las relaciones comerciales de Brasil y buscar socios para producir biocombustibles. "Regreso a México con la esperanza de que estemos entrando en un nuevo momento de nuestras relaciones [...], para dar un nuevo rumbo a nuestro continente", dijo Lula, en una columna publicada ayer en los diarios O Globo , de Brasil, y El Universal , de México. "Mi visita será una excelente oportunidad para consolidar la asociación entre dos países que ocupan un lugar importante en el continente", agregó el mandatario. "La comunidad internacional ve cada vez más a nuestros países como interlocutores fundamentales en un escenario global de creciente complejidad e incertidumbre."
Brasil y México, las mayores economías de América latina, conforman un mercado de más de 300 millones de personas y representan, en conjunto, cerca de dos tercios del producto bruto de la región, según datos del Fondo Monetario Internacional. Según la opinión de diplomáticos brasileños, este viaje puede abrir un nuevo capítulo en las relaciones con México, deterioradas durante el mandato de Fox. El vínculo bilateral cayó a su punto más bajo en noviembre de 2005, cuando el ex mandatario mexicano afirmó que el Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA) sería relanzada "con el Mercosur o sin él". Justamente, un factor que contribuye a la buena disposición de Brasil hacia Calderón es que el gobierno de Lula no lo ve como un líder interesado en defender el proyecto del ALCA. No obstante, los dos países mantienen sus discrepancias en temas como las aspiraciones de ambos a ocupar un lugar permanente en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Desde el punto de vista comercial, el principal objetivo de Lula será reforzar el intercambio con México, que el año pasado alcanzó un volumen récord de 5750 millones de dólares, cifra que ambos países están decididos a duplicar para 2010. Con este incremento, México se convirtió en el séptimo socio comercial de Brasil y en el quinto importador de bienes brasileños. Lula y Calderón firmarán acuerdos de cooperación en el área de biocombustibles, sobre todo respecto del etanol, y en el de la exploración petrolera.
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