Nikita Kruschev golpeó con el zapato el escritorio; Fidel Castro despotricó en discursos tortuosamente extensos; Yasser Arafat se presentó con un arma enfundada y Hugo Chávez llamó al presidente George W. Bush "el diablo". Ahora, el presidente de Irán, Mahmoud Ahmadinejad, se ganará un lugar en esta galería de controvertidos líderes mundiales que han visitado Nueva York para la Asamblea General de la ONU, la reunión anual en la que tanto los tiranos más insignificantes como las más poderosas cabezas de Estado tienen su espacio para hablar.
El desafiante e impredecible Ahmadinejad hará su tercera aparición en tres años, en medio de la tensión por el programa nuclear iraní y su supuesto apoyo a los insurgentes iraquíes. "Hay que pensar en esto como si fuera una producción off Broadway ", dijo John Bolton, ex embajador norteamericano ante la ONU, y describió a las Naciones Unidas como una "dimensión desconocida" que ofrece plataformas a "dictadores jactanciosos". "La Asamblea General es el escenario sobre el que actúan Ahmadinejad y otros", dijo. El espectáculo prácticamente no se ha interrumpido desde la creación de las Naciones Unidas, en 1945, al término de la Segunda Guerra Mundial. El líder soviético Nikita Kruschev golpeó con fuerza su escritorio con el zapato después de que un diplomático criticó a la URSS en 1960.
En su primera visita a la ONU, en 1960, Castro advirtió al mundo sobre la "agresión" estadounidense, en un discurso que duró más de cuatro horas. Arafat asistió a la Asamblea General en 1974 y pronunció un feroz discurso, mientras mostraba la funda de su pistola, en un intento por legitimar la lucha palestina. "Vengo con una rama de olivo y el arma de un luchador por la libertad", dijo Arafat. "No permitan que la rama de olivo caiga de mi mano", advirtió. Un año después, el criminal dictador de Uganda Idi Amin exhortó a Estados Unidos a "limpiar su sociedad de sionistas", y pidió la "extinción de Israel como Estado". El año pasado, Chávez dijo que Bush era "el diablo", "un alcohólico" y "un enfermo". Ahmadinejad, que considera que el Holocausto es un "mito", ya ha causado conmoción en Nueva York. Los tabloides de la ciudad lo calificaron de "loco", "idiota" y de "negador del Holocausto, chiflado nuclear y colaborador de los terroristas". "Es más peligroso que Osama ben Laden", dijo Malcolm Hoenlein, vicedirector ejecutivo de la Conferencia de Presidentes de las Organizaciones Judías Estadounidenses. "Tiene misiles. Tiene un ejército que ha comprado enormes cantidades de armas." A pesar de haber sido denunciado abiertamente por la Casa Blanca y el alcalde de Nueva York, Ahmadinejad será tratado como si perteneciera a la realeza. Será acompañado en sus traslados por la ciudad por el servicio secreto, junto con la policía de Nueva York, que lo protegerá hasta su partida, el miércoles por la mañana. Sus apariciones en la ONU y en la Universidad de Columbia -que retiró su invitación a Ahmadinejad el año pasado, después de que su visita suscitara grandes críticas- provocarán, según se presume, grandes marchas de protesta. ¿El costo para los contribuyentes? El alcalde Michael Bloomberg dijo que no tenía idea de cuánto le costaría a la ciudad de Nueva York la visita. De todas formas, agregó, se supone que el gobierno federal debe pagar por la protección ofrecida a las figuras políticas extranjeras, pero rara vez lo hace. Mientras se encuentre en Nueva York, Ahmadinejad estará sujeto a las mismas restricciones de desplazarse que los diplomáticos iraníes de la ONU, dijo Kendal Smith, vocero de la Oficina de Seguridad Diplomática del Departamento de Estado. Los diplomáticos iraníes pueden desplazarse hasta 40 kilómetros desde el centro de Manhattan. Cualquier distancia mayor requiere autorización.
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