Hillary Rodham Clinton ha fortalecido su posición como favorita de las encuestas para ganar la candidatura presidencial demócrata. Pero esta ventaja nacional no se refleja en Iowa. En este estado, donde tradicionalmente comienzan las elecciones internas, hay escasas diferencias entre Clinton, Barack Obama y John Edwards. Una nueva encuesta AP-Ipsos da a Clinton más de 20 puntos de ventaja sobre su escolta Obama: 46 por ciento a 25 por ciento.
El resto los sigue muy de lejos: Edwards, ex senador por Carolina del Norte, obtuvo el 9 por ciento; Bill Richardson, gobernador de Nuevo México, y Joe Biden, senador por Delaware, 2 por ciento cada uno; Chris Dodd, senador por Connecticut, 1 por ciento.
Sólo Hillary Clinton y Barack Obama tienen recursos financieros suficientes para competir en las primeras primarias y en las del 5 de febrero, cuando las celebren los estados más grandes. Los demás están redoblando sus esfuerzos en Iowa con la esperanza de que un buen resultado les dé ''impulso'' para después. Las asambleas de Iowa están previstas para el 14 de enero, pero es muy probable que se adelanten.
La senadora por Nueva York tiene el apoyo de las mujeres, los negros y los votantes sin educación universitaria. Ha neutralizado lo que aparecía como una gran desventaja: el haber votado a favor de la guerra de Irak. Ya no se la hostiga con eso en los actos electorales y ha convencido a muchos demócratas antibélicos que, de ser elegida, tomaría medidas para poner rápido fin a la guerra.
Aunque no posee la destreza política de su esposo, los votantes se declaran gratamente sorprendidos por su calidez, su sonrisa y por responder preguntas durante horas. En cambio, debe convencer a los demócratas escépticos, ávidos de recuperar la Casa Blanca, de que es capaz de ganar. Lo más importante es que debe ganar o perder por muy poco en Iowa; caso contrario, se podrá desvanecer la sensación de que su triunfo es inevitable. Barack Obama es un joven carismático y tiene a su favor la oposición a la guerra de Irak desde el comienzo, pero su nivel de apoyo no aumenta desde hace meses y comienza a disminuir en sectores cruciales. Espera ser el primer presidente negro, y su estrategia depende en parte de que la comunidad negra vote por él, pero su apoyo en el sector ha caído en cinco puntos desde la encuesta anterior.
Edwards lleva mucho retraso en el orden nacional, no así en Iowa, donde espera que su campaña cobre impulso para el resto de los estados. El abogado multimillonario ha tomado un tono populista intransigente, jurando combatir la pobreza y extender el seguro médico a toda la población. Pero le cuesta mucho presentarse como el principal candidato ''anti-Clinton'' --el título que ostenta Obama-- y difícilmente sobreviviría a una derrota en Iowa. En cuanto al resto, no les ha ido bien en una competencia dominada por los primeros. Richardson tiene una organización relativamente fuerte en Iowa y espera que su largo currículum como congresista y luego gobernador de un estado del oeste le gane votos. Biden y Dodd han volcado sus escasos recursos a Iowa, con la esperanza de que alguno de los primeros tropiece y les puedan abrir una brecha.
Fuente: Diario El Nuevo Herald de Miami
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