jueves, noviembre 29, 2007

Ataques a la Iglesia venezolana pueden afectar al gobierno

La estrategia de confrontación y agresión verbal del presidente Hugo Chávez contra sus enemigos, que en el pasado le rindió notables frutos políticos, podría impactar negativamente su liderazgo y el apoyo al proyecto de reforma constitucional a medida que aumentan los ataques oficiales contra la Iglesia Católica, la institución de más prestigio en Venezuela y férrea opositora al gobierno. En respuesta a una serie de amenazas, acusaciones e insultos que lanzaron esta semana Chávez y altos funcionarios gubernamentales, los obispos católicos venezolanos dejaron en claro que están dispuestos a enfrentar, hasta sus últimas consecuencias, la peor crisis en las relaciones entre la Iglesia y el gobierno en la historia del país sudamericano desde 1830.

Luego de semanas de diatribas sin precedentes que malquistaron las relaciones de Venezuela con España a raíz del impasse con el rey Juan Carlos en la reciente Cumbre Iberoamericana en Chile, el mandatario venezolano exacerbó su retórica internacional, que lo llevó a un virtual rompimiento de las relaciones con Colombia. Casi simultáneamente, Chávez enfiló sus baterías contra la alta jerarquía católica y amenazó con represalias --y hasta prisión-- al propio cardenal Jorge Urosa Savino en respuesta a críticas abiertas de los prelados católicos, que consideran la reforma constitucional ``moralmente inaceptable''. El cardenal Urosa Savino había recibido el respaldo de sus colegas del colegio cardenalicio, principalmente del purpurado de Honduras, Oscar Rodríguez Maradiaga, quien el sábado denunció que la Iglesia venezolana sufría una ''persecución'' por parte del gobierno chavista.

En declaraciones desde Roma, Rodríguez Maradiaga advirtió que ``no sería raro que se iniciase una persecución religiosa bajo cualquier pretexto porque los totalitarismos así comienzan''. En una polémica previa, Chávez había llamado al cardenal hondureño ''loro del imperio'', luego que el purpurado cuestionara el estilo autoritario del mandatario venezolano. En su ataque televisado del domingo contra el cardenal Urosa Savino, Chávez lo calificó de ''maleante'', ''estúpido'', ''retrasado mental'', ''jalamecate'' [adulador] y defensor de ``oscuros intereses''. La respuesta de los obispos venezolanos, tan desafiantes como las amenazas proferidas por Chávez, no se hizo esperar. ''Que metan preso al cardenal, para ver qué pasa en este país'', declaró el lunes monseñor Ovidio Pérez Morales, arzobispo de Maracaibo y presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV). ``Que metan presos a los obispos. No nos van a callar con acciones de este tipo''.

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