Antártida, el sueño más frágil

Lo dicen los científicos. Nos damos cuenta todos. El clima está cambiando y se resiente el planeta y sus habitantes. Es imposible saber si realmente nosotros somos culpables, y si es así, en qué medida contribuimos al cambio climático. Lo que sí es cierto es que algo pasa en la Tierra y, si nos ponemos en lo peor, esto puede irse al carajo. Dice Robert Swan que en la Antártida y en el Polo Norte los cambios son más dramáticos que en ninguna otra parte del mundo. Su opinión me merece todo el respeto, no en vano es uno de los que mejor conoce aquellas remotas regiones, pues se las ha pateado como pocos. El pasado verano pude comprobar la realidad de estos cambios muy de primera mano, cuando recorrí las islas Spitberger, en pleno Círculo Polar Ártico. Ahora estoy de camino para ver qué está pasando en el continente antártico.





Y, la verdad, tengo un poco de respeto. Vale, miedo. Ya he estado en otras partes lejanas, pero a la Antártida todavía no he ido. Y la cosa impresiona un montón. El viaje es de bigotes. Sobre todo la fabulosa travesía entre América del Sur y las islas Shetland del Sur. Un viaje en barco en el que se marea hasta el capitán del barco. Si no se hunde. Prefiero pensar que esto es un privilegio. Ser miembro de una expedición a la primera base autosostenible de aquel territorio mítico, que recorrerá los mares, islas y costas que pertenecen al imaginario de los grandes exploradores es demasiado.

Fuente: Diario El Mundo de España