Se dio la partida para la V Cumbre de América Latina, el Caribe y la Unión Europea, cuya agenda principal incluye el tratamiento del cambio climático y la lucha contra la pobreza, problemas acuciantes de nuestros tiempos, vinculados entre sí y que demandan acciones concretas para enfrentarlos.
Para el Perú, como país anfitrión, esta cita mundial representa un arduo reto y también una oportunidad de demostrar su vocación hospitalaria y organizadora. Hoy podemos mostrar estabilidad y mejores indicadores económicos y decirle al mundo que estamos convencidos de que podemos seguir mejorando, recibiendo inversiones y atrayendo más turistas, para dar progresivamente el salto cualitativo al desarrollo.
EL GRAN DESAFÍO LATINOAMERICANO
Para el Perú, como país anfitrión, esta cita mundial representa un arduo reto y también una oportunidad de demostrar su vocación hospitalaria y organizadora. Hoy podemos mostrar estabilidad y mejores indicadores económicos y decirle al mundo que estamos convencidos de que podemos seguir mejorando, recibiendo inversiones y atrayendo más turistas, para dar progresivamente el salto cualitativo al desarrollo.
EL GRAN DESAFÍO LATINOAMERICANO
Ese es también, desde una perspectiva más amplia, el desafío de latinoamericanos y caribeños: poner en evidencia su compromiso con la democracia y los principios de la economía social de mercado y la cooperación internacional como bases para un nuevo entendimiento con las naciones europeas que, salvo contadas excepciones, no pueden todavía mirar como socio a este lado del mundo, pues están inmersas en sus problemas de institucionalidad u otros.
Por supuesto que somos conscientes de que nos separan distancias transatlánticas, así como disímiles indicadores de calidad de vida y bienestar. Sin embargo, en tiempos de globalización, de mayor intercambio y de autocrítica para aceptar responsabilidades compartidas, creemos que están puestas las bases para empezar a mirarnos de otro modo y, en un futuro cercano, avanzar a tender puentes estratégicos de mayor integración, para finalmente tratarnos como socios de acuerdo a nuestro potencial.
Siga leyendo el editorial del diario El Comercio de Lima
Por supuesto que somos conscientes de que nos separan distancias transatlánticas, así como disímiles indicadores de calidad de vida y bienestar. Sin embargo, en tiempos de globalización, de mayor intercambio y de autocrítica para aceptar responsabilidades compartidas, creemos que están puestas las bases para empezar a mirarnos de otro modo y, en un futuro cercano, avanzar a tender puentes estratégicos de mayor integración, para finalmente tratarnos como socios de acuerdo a nuestro potencial.
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