Tres, dos... uno... cacerolazo", dijo Alfredo de Angeli en una curiosa cuenta regresiva desde Gualeguaychú. Apenas habían pasado las 20, pero solo 10 minutos después, en sectores de Palermo, Belgrano, Caballito y Barrio Norte, ya podía escucharse el sonido que más odia el gobierno, el de las cacerolas.
De Angeli había desafiado a gobernadores e intendentes provinciales "a responder a su gente y ponerse al frente de esta lucha". Al terminar ese discurso, la imagen del ruralista entrerriano golpeando una vieja olla de campo por TV encontró rápido eco en Capital Federal y en varias ciudades del país. Se reportaron protestas callejeras en Paraná, Rosario, General Pico, Santa Teresa y Armstrong, La Carlota, entre otras.
Eran cerca de las 20.30 cuando en la avenida Santa Fe, desde Scalibrini Ortíz hasta Callao, sonaban las cacerolas y la movilización tomaba forma. El punto de encuentro fue la esquina con Callao, donde alrededor de 300 personas se juntaron a "cacerolear" a favor del campo.
"Y ya lo ve... y ya lo ve... es para Cristina que lo mira por TV", cantaban eufóricos los vecinos. La movilización dejaba transitar los vehículos, haciendo oír su reclamos y repartiendo volantes pro campo frente a los semáforos en rojo, pero llegó un momento en el que la protesta adquirió proporciones tan importantes que la policía prefirió detenerlo momentáneamente.
Participaban personas de todas las edades, desde niños hasta ancianos, para expresar su bronca. Mientras caceroleaban, los automovilistas se sumaban a la marcha y a fuerza de bocinazos llenaban de ruido la intersección en Barrio Norte.
"El campo tiene aguante", clamaba una bandera, haciendo referencia a la frase que la Presidenta Cristina profirió días pasado en Jujuy, desafiando a los ruralistas. Salta, Chaco, Azul, San Pedro, eran algunas de localidades que podían leerse en los carteles que sostenían los manifestantes. Banderas argentinas y carteles de "El campo dice basta" llenaban aún más de color al cacerolazo, cuyo repiqueteo duró cerca de dos horas.
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De Angeli había desafiado a gobernadores e intendentes provinciales "a responder a su gente y ponerse al frente de esta lucha". Al terminar ese discurso, la imagen del ruralista entrerriano golpeando una vieja olla de campo por TV encontró rápido eco en Capital Federal y en varias ciudades del país. Se reportaron protestas callejeras en Paraná, Rosario, General Pico, Santa Teresa y Armstrong, La Carlota, entre otras.
Eran cerca de las 20.30 cuando en la avenida Santa Fe, desde Scalibrini Ortíz hasta Callao, sonaban las cacerolas y la movilización tomaba forma. El punto de encuentro fue la esquina con Callao, donde alrededor de 300 personas se juntaron a "cacerolear" a favor del campo.
"Y ya lo ve... y ya lo ve... es para Cristina que lo mira por TV", cantaban eufóricos los vecinos. La movilización dejaba transitar los vehículos, haciendo oír su reclamos y repartiendo volantes pro campo frente a los semáforos en rojo, pero llegó un momento en el que la protesta adquirió proporciones tan importantes que la policía prefirió detenerlo momentáneamente.
Participaban personas de todas las edades, desde niños hasta ancianos, para expresar su bronca. Mientras caceroleaban, los automovilistas se sumaban a la marcha y a fuerza de bocinazos llenaban de ruido la intersección en Barrio Norte.
"El campo tiene aguante", clamaba una bandera, haciendo referencia a la frase que la Presidenta Cristina profirió días pasado en Jujuy, desafiando a los ruralistas. Salta, Chaco, Azul, San Pedro, eran algunas de localidades que podían leerse en los carteles que sostenían los manifestantes. Banderas argentinas y carteles de "El campo dice basta" llenaban aún más de color al cacerolazo, cuyo repiqueteo duró cerca de dos horas.
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