El Senado aprobó el miércoles en una votación histórica un masivo plan de rescate del sistema financiero de $700,000 millones, pero sólo después de agregarle $110,000 millones en alivios fiscales para atraer votos de ambos partidos. Una fuerte mayoría bipartidista impulsó el controversial paquete de rescate y lo aprobó 74-25.

La votación envía la legislación a un destino incierto en la Cámara, donde los legisladores rechazaron la versión original el lunes pasado 228-205. Se espera que la Cámara vote sobre la nueva propuesta el viernes y muchos legisladores de ambos partidos siguen opuestos a la medida.
El presidente Bush, el secretario del Tesoro, Henry Paulson, y el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, han advertido repetidamente que no actuar significará el congelamiento de los vitales mercados de crédito, lo que obligaría a las empresas a despedir a una cantidad masiva de trabajadores y lanzaría la economía a una recesión incluso por que la de los años 20.
Senadores de ambos partidos, entre ellos Barack Obama y John McCain, dijeron que la amenaza hacía imperativo que el Congreso aprobara el paquete de rescate financiero.
"La inacción no es una opción'', dijo Harry Reid, demócrata por Nevada y presidente de la mayoría en el Senado. "Esto es, repito, una crisis. . . . Tenemos que aprobarlo.
El líder republicano en el Senado, Mitch McConnell, de Kentucky, concordó.
"El asunto no es qué sucedió para encontrarnos en esta situación, sino cómo salimos de ella'', dijo McConnell.
No todos los senadores concordaron.
El demócrata floridano Bill Nelson se opuso a la medida, expresando que "premia a los bancos y deja al ciudadano común colgando'', Agregó que el proyecto "obliga a los contribuyentes a salvar a los bancos de inversión que causaron la crisis y no hace nada para solucionar el problema real, que son las ejecuciones hipotecarias''. "Creo que el Congreso puede hacer mejor las cosas'', dijo Nelson. Por su parte, el senador republicano por Florida, Mel Martínez, que votó a favor del plan, lo calificó de "un momento difícil, pero que no podemos evadir. El proyecto de ley no es perfecto, pero la situación no permite esperar a mañana''.
Muchos legisladores expresaron su desdén por el alivio fiscal adicional que el Senado agregó al proyecto de ley y que incluyen desde un año para evitar que el impuesto alternativo mínimo afecte a más contribuyentes hasta ampliar el crédito para investigaciones a los negocios y permitir que comunidades rurales emitan bonos exentos de impuestos por el uso de energía renovable. Los alivios fiscales añadidos pudieran costarle al Tesoro unos $110,000 millones en 10 años, según la Comisión Conjunta de Impuestos del Congreso.
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La votación envía la legislación a un destino incierto en la Cámara, donde los legisladores rechazaron la versión original el lunes pasado 228-205. Se espera que la Cámara vote sobre la nueva propuesta el viernes y muchos legisladores de ambos partidos siguen opuestos a la medida.
El presidente Bush, el secretario del Tesoro, Henry Paulson, y el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, han advertido repetidamente que no actuar significará el congelamiento de los vitales mercados de crédito, lo que obligaría a las empresas a despedir a una cantidad masiva de trabajadores y lanzaría la economía a una recesión incluso por que la de los años 20.
Senadores de ambos partidos, entre ellos Barack Obama y John McCain, dijeron que la amenaza hacía imperativo que el Congreso aprobara el paquete de rescate financiero.
"La inacción no es una opción'', dijo Harry Reid, demócrata por Nevada y presidente de la mayoría en el Senado. "Esto es, repito, una crisis. . . . Tenemos que aprobarlo.
El líder republicano en el Senado, Mitch McConnell, de Kentucky, concordó.
"El asunto no es qué sucedió para encontrarnos en esta situación, sino cómo salimos de ella'', dijo McConnell.
No todos los senadores concordaron.
El demócrata floridano Bill Nelson se opuso a la medida, expresando que "premia a los bancos y deja al ciudadano común colgando'', Agregó que el proyecto "obliga a los contribuyentes a salvar a los bancos de inversión que causaron la crisis y no hace nada para solucionar el problema real, que son las ejecuciones hipotecarias''. "Creo que el Congreso puede hacer mejor las cosas'', dijo Nelson. Por su parte, el senador republicano por Florida, Mel Martínez, que votó a favor del plan, lo calificó de "un momento difícil, pero que no podemos evadir. El proyecto de ley no es perfecto, pero la situación no permite esperar a mañana''.
Muchos legisladores expresaron su desdén por el alivio fiscal adicional que el Senado agregó al proyecto de ley y que incluyen desde un año para evitar que el impuesto alternativo mínimo afecte a más contribuyentes hasta ampliar el crédito para investigaciones a los negocios y permitir que comunidades rurales emitan bonos exentos de impuestos por el uso de energía renovable. Los alivios fiscales añadidos pudieran costarle al Tesoro unos $110,000 millones en 10 años, según la Comisión Conjunta de Impuestos del Congreso.
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