lunes, febrero 23, 2009

Descubren claves de las mentes geniales

El cerebro de cualquier ser humano es, de por sí, sorprendente. En los adultos puede tener hasta 100.000 millones de neuronas, cada una conectada con sus vecinas por aproximadamente 5000 sinapsis. Puede hacer y deshacer un millón de nuevas conexiones por segundo. Puede guardar información que clasifica, archiva y edita las veces que sea necesario, durante más de un siglo. Puede reconstruir el espacio circundante con unos sensores que detectan vibraciones, radiación electromagnética, sustancias químicas y presión, y prioriza en apenas milésimas de segundo aquello que puede resultar de interés.

Coordina al menos 640 músculos y cuida de los aspectos esenciales de la creación de energía, de la reproducción y la supervivencia con un mínimo esfuerzo, mientras deja la mente libre para socializar, reflexionar sobre el sentido de la existencia y aprender tanto de nuestras experiencias como de las ajenas.

Sin embargo, hay algunos cerebros que son más sorprendentes que otros. ¿Por qué los más talentosos se destacan? ¿Hay alguna característica física o fisiológica que los diferencie?

El coeficiente intelectual
Varios estudios han tratado de probar cierta correlación entre el tamaño del cerebro, su peso, su volumen o la circunferencia de la cabeza con la inteligencia, pero hasta el momento no se encontró ningún patrón consistente.

Sandra Witelson, de la Universidad de Mc Master, en Ontario, Canadá, estudió el cerebro de 100 personas que ya habían muerto, pero que en vida habían resuelto varios tests que miden el coeficiente mental. Aunque encontró alguna correlación entre el volumen de los hemisferios y la puntuación obtenida, las relaciones variaban dependiendo del sexo, la lateralidad y el tipo de test. Por ejemplo, la inteligencia verbal tuvo una correlación positiva con el volumen del cerebro en las mujeres y en los hombres diestros.

Pero el tamaño no es un factor determinante. El cerebro de las mujeres es más pequeño que el de los hombres y, sin embargo, esto no significa que haya alguna diferencia consistente entre el coeficiente intelectual de unos y de otros. Más aún, en el Libro Guinness de Récords Mundiales figura una mujer, Marilyn vos Savant, como la persona que tuvo coeficiente mental más alto entre 1986 y 1989.

El científico Philip Shaw, del Instituto Nacional de Salud Mental de Baltimore, Estados Unidos, descubrió recientemente que el desarrollo del cerebro se relaciona con el coeficiente.

Su equipo estudió a más de 300 niños, de entre 7 y 18 años, y los dividió en tres grupos según el coeficiente: promedio (hasta 108 puntos), alto (hata 120) y superior (más de 120). Observó que los del grupo promedio alcanzaron el mayor grosor a los 8, y tuvieron un adelgazamiento de la corteza durante la adolescencia. Mientras que el en superior era más delgado a los 7, engrosaba hasta los 11 o 12 y, luego, volvía a afinarse. El grupo alto quedó en el medio. El especialista concluyó que la inteligencia es un proceso dinámico, relacionado con un nivel de plasticidad que varía durante estos años.

Siga leyendo el reportaje del diario La Nación de Buenos Aires

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