martes, marzo 24, 2009

“Pakistán será un Estado fallido en seis meses si sigue la actual deriva”


Para Ahmed Rashid, uno de los analistas políticos más prestigiosos de Asia Central, el tiempo corre contra toda la región, que se inclina peligrosamente sobre el abismo del extremismo islámico. Rashid sostiene que los “talibanes se han convertido en un modelo” de insurgencia y que es necesario una “redefinición de la guerra contra el terror” para evitar el hundimiento de la región en la anarquía.

Para Ahmed Rashid, uno de los analistas políticos más prestigiosos de Asia Central, el tiempo corre contra toda la región, que se inclina peligrosamente sobre el abismo del extremismo islámico. Rashid sostiene que los “talibanes se han convertido en un modelo” de insurgencia y que es necesario una “redefinición de la guerra contra el terror” para evitar el hundimiento de la región en la anarquía. Rashid se encuentra en Madrid con motivo de la publicación de su último libro, Descenso al caos (Península 2009).

Pregunta. Pakistán, Afganistán, Asia Central, ¿cuál desciende al caos?

Respuesta. Desgraciadamente parece que hay una carrera para ver quién se hunde antes. El deterioro de la situación en Pakistán en los últimos seis meses es terrible, de ahí que ahora Europa y EE UU estén más preocupados por Pakistán que por Afganistán.

P. ¿Considera Pakistán un Estado fallido?

R. No, puede serlo, pero todavía tiene un Ejército poderoso, una sociedad civil, una clase media, partidos políticos y aún funciona. Pero los próximos seis meses serán críticos, si no se frena a los extremistas, si el Gobierno y el Ejército no se movilizan unidos contra ellos, si continúa la actual deriva, será un Estado fallido.

P. ¿Cómo se puede detener el deterioro de la situación?

R. Las opciones que Occidente tiene en Pakistán son muchas menos que en Afganistán. En Afganistán las alternativas están claras: todas aquellas en las que Bush fracasó. En Pakistán, el problema es que las élites gobernantes están divididas; el Ejército hace un doble juego: por una parte apoya a los talibanes y por otra a las tropas de EE UU. No tiene una estrategia común con el Gobierno. En cualquier caso, lo más importante es que Occidente apoye al Gobierno civil a pesar de los errores que comete. Además, debe desviar a la sociedad —educación, sanidad, infraestructuras— la ayuda que da a los militares. El 80% de los 11.000 millones de dólares (8.100 millones de euros) que la Administración de Bush dio a Pakistán fue al Ejército y se ha convertido en parte del problema.

P. ¿Cree que la solución al yihadismo debe ser global?

R. La “guerra contra el terror” debe redefinirse de inmediato. No se puede meter en el mismo saco a Al Qaeda, los talibanes, los cachemires y Hamás. Obama ha hecho muy bien al decir que está dispuesto a hablar con los talibanes. Hay que hablar con los grupos que tienen una estrategia nacionalista para aislar a los que quieren poner bombas en Nueva York o en Madrid. La segunda cuestión es la necesidad de impulsar la modernización de los Estados musulmanes para evitar que se hundan, porque la mayoría son autócratas o sobreviven con el sistema dejado por el colonialismo.

Siga leyendo la entrevista que trae el diario El País de España

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