El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula, da Silva defenderá en la I Cumbre de los BRIC (Brasil, Rusia, India y China) que los cuatro gigantes ocupen de forma definitiva un lugar central en la adopción de las políticas de alcance global.
Mañana martes Lula se encontrará con el ruso Dmitri Medvédev, el chino Hu Jintao y el indio Manmohan Singh en la ciudad de Ekaterimburgo, Rusia, para la primera cumbre de jefes de Estado del grupo de los cuatro gigantes emergentes de la economía mundial.
Con el advenimiento de una crisis mundial que comenzó en Estados Unidos y sacudió a la primera potencia planetaria, Brasil ha venido reafirmando su postura de que cualquier ámbito de discusión política global debe incluir a las principales economías emergentes, los países del grupo BRIC.
Es el mismo principio que Brasil aplicó para impulsar la participación de las naciones en desarrollo en el G20, que reúne a países industrializados con otros mucho menos poderosos, un ámbito en el que Brasilia ha desplegado enormes esfuerzos diplomáticos desde la primera cumbre en Washington, en noviembre del 2008.
El canciller brasileño, Celso Amorim, ofreció el viernes en París una clara definición de la visión de su país en este nuevo contexto.
''El G8 (grupo de las mayores economías del mundo) ya murió. No representa más nada. No sé cómo será el entierro, porque a veces un entierro ocurre lentamente'', dijo. ''El G8 siempre será importante, pero no podrá sustituir la presencia imprescindible de China, Brasil o India'', insitió Amorim.
Un diplomático brasileño que pidió el anonimato, fue incluso más lejos en declaraciones a la AFP, al considerar que ``la reunión del martes tendrá alrededor de una mesa a los mandatarios de aquellos países que representan la salida a la crisis financiera global, tanto por sus mercados internos como por su compromiso en su papel de nuevos actores mundiales''.
Siga leyendo el artículo del diario El Nuevo Herald de Miami
Mañana martes Lula se encontrará con el ruso Dmitri Medvédev, el chino Hu Jintao y el indio Manmohan Singh en la ciudad de Ekaterimburgo, Rusia, para la primera cumbre de jefes de Estado del grupo de los cuatro gigantes emergentes de la economía mundial.
Con el advenimiento de una crisis mundial que comenzó en Estados Unidos y sacudió a la primera potencia planetaria, Brasil ha venido reafirmando su postura de que cualquier ámbito de discusión política global debe incluir a las principales economías emergentes, los países del grupo BRIC.
Es el mismo principio que Brasil aplicó para impulsar la participación de las naciones en desarrollo en el G20, que reúne a países industrializados con otros mucho menos poderosos, un ámbito en el que Brasilia ha desplegado enormes esfuerzos diplomáticos desde la primera cumbre en Washington, en noviembre del 2008.
El canciller brasileño, Celso Amorim, ofreció el viernes en París una clara definición de la visión de su país en este nuevo contexto.
''El G8 (grupo de las mayores economías del mundo) ya murió. No representa más nada. No sé cómo será el entierro, porque a veces un entierro ocurre lentamente'', dijo. ''El G8 siempre será importante, pero no podrá sustituir la presencia imprescindible de China, Brasil o India'', insitió Amorim.
Un diplomático brasileño que pidió el anonimato, fue incluso más lejos en declaraciones a la AFP, al considerar que ``la reunión del martes tendrá alrededor de una mesa a los mandatarios de aquellos países que representan la salida a la crisis financiera global, tanto por sus mercados internos como por su compromiso en su papel de nuevos actores mundiales''.
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