El Consejo de los Guardianes, el órgano colegiado más poderoso de Irán, ha invitado a los tres candidatos perdedores de las elecciones presidenciales a reunirse el sábado para escuchar sus quejas, según ha informado la radio estatal.
Un portavoz de los Guardianes ha dicho que los 12 miembros del órgano (seis teólogos nombrados por el Líder Supremo y 6 juristas elegidos por el Parlamento) han comenzado ya a "examinar cuidadosamente" un total de 646 quejas relacionadas con los comicios del pasado 12 de junio, que venció el actual presidente Mahmoud Ahmadineyad.
Musaví mantiene el pulso
Mientras tanto, Mir Hosein Musaví, el candidato reformista derrotado en las elecciones presidenciales del viernes, mantiene su pulso con el régimen iraní, informa Ángeles Espinosa. En abierto desafío al líder supremo, Alí Jamenei, que le ha pedido que canalice sus protestas por la vía oficial, ayer reiteró la exigencia de que se repitan los comicios, y convocó para hoy una jornada de luto nacional por los que han muerto -ocho personas confirmadas oficialmente- en la represión. Cientos de miles de sus seguidores participaron ayer en una gran concentración silenciosa, por tercer día consecutivo, en la céntrica plaza de Teherán.
"Queremos una manifestación pacífica para protestar por las irregularidades de las elecciones y conseguir nuestro objetivo de que se anulen los resultados", asegura Musaví en su página web. En el texto, reclama "unos nuevos comicios presidenciales que no repitan el vergonzoso fraude de los anteriores". También aclara que la oferta del Consejo de Guardianes de recontar los votos de algunas urnas es insuficiente, porque ese órgano de supervisión no es neutral. Las protestas se han extendido a otras ciudades como Isfahán, Mashhad y Tabriz, donde ha habido decenas de detenciones.
El reelegido presidente, Mahmud Ahmadineyad, que regresó ayer de Moscú, volvió a reiterar que los comicios habían sido "ejemplares". Pero muchos iraníes no lo creen así y por eso acuden en tromba a las concentraciones de protesta, a pesar de la prohibición oficial y el riesgo de ser detenidos. En un gesto significativo de la polarización del país, seis de los 11 jugadores de la selección nacional de fútbol iraní lucieron ayer muñequeras verdes durante la primera parte de su enfrentamiento contra Corea del Sur. El verde es el color que identifica a los seguidores de Musaví. La televisión estatal, que recibía la imagen de satélite desde Seúl, no pudo evitar que millones de iraníes vieran ese testimonio. Luego, en el descanso, recibieron orden de quitárselas.
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