domingo, julio 05, 2009

Un muerto en las protestas de los partidarios de Zelaya en Tegucigalpa

La tensión ha acabado por desbordarse en el aeropuerto internacional de Tegucigalpa, donde miles de seguidores del presidente depuesto de Honduras, Manuel Zelaya, esperan desde hace horas su anunciado regreso al país centroamericano, algo que nadie actualmente está en condiciones de decir si finalmente ocurrirá. Los soldados y policías antidisturbios desplegados en las instalaciones aeroportuarias han cargado contra los manifestantes y han lanzado gases lacrimógenos para dispersarlos, causando un muerto y heridas a un número aún indeterminado de personas, según los servicios locales de emergencia.

Manuel Zelaya, que en estos momentos viaja a bordo de un avión que partió de Washington con destino a Tegucigalpa, ha reclamado al jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, Romeo Vásquez, que "retenga a las tropas" que, según la cadena Telesur, están reprimiendo a los manifestantes. En declaraciones al canal de televisión desde el avión con el que está a punto de llegar a Honduras, Zelaya afirmó que va "sin armas y pacíficamente a dialogar" y ha pedido al general Vásquez que "retenga la masacre" al ser informado por la cadena de disparos y posiblemente muertos en Tegucigalpa. "El pueblo está en las calles. Retenga a esas tropas, general (...) Retenga esa masacre".

Le espera la cárcel

El Gobierno constituido en Honduras tras el golpe de Estado que apartó del poder y condenó al exilio a Zelaya ya le ha advertido de que si cumple su amenaza será detenido nada más pisar suelo hondureño. Aún es una incógnita si se atreverá a llevar hasta el final su amenaza. Pero parece que su jaque a las autoridades hondureñas ha perdido fuerza en las últimas horas, porque ningún jefe de Estado acompaña al presidente depuesto en su tentativa de regreso a Honduras, en contra de lo que anunció ayer el propio Zelaya. Sólo le acompaña el presidente de la Asamblea General de la ONU, el ex canciller nicaragüense Miguel D'Escoto.

El nuevo presidente de Honduras, Roberto Micheletti, ha explicado en rueda de prensa que no permitirá la entrada al país de Zelaya para evitar "conflictos internos". "Aquí no se ha derramado una gota de sangre de ningún hondureño y esto (la llegada de Zelaya) podría tener como consecuencia eso", ha advertido Micheletti.

Ante la férrea negativa de las autoridades hondureñas a que el avión tome tierra, es posible que éste finalmente aterrice en El Salvador. Allí le esperan la presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner, el paraguayo Fernando Lugo, el ecuatoriano Rafael Correa y el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza. "Si Zelaya aterriza y considera oportuno que vayamos, iremos", aseguró en Washington el presidente de Ecuador, Rafael Correa, antes de partir.

Aeropuerto sellado

El sábado el aeropuerto internacional Toncontín ya fue un lugar de peregrinación para los miles de seguidores de Zelaya, que marcharon hacia ese lugar en un "acto simbólico" para ensayar su recibimiento. Desde el avión que le transporta, el presidente Zelaya ha ordenado al Ejército que abra el aeropuerto de Tegucigalpa. "El presidente constitucional está viajando en ese avión", ha declarado Zelaya, haciendo un llamamiento a la reconciliación y al diálogo a todos los hondureños y pidiendo al Estado mayor de las Fuerzas Armadas abrir el aeropuerto.

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