La mediación que se ha encargado al presidente costarricense Óscar Arias y que busca aliviar las tensiones existentes entre el régimen anterior y el Gobierno es muy compleja y lo primero que debemos alejar es la ilusión de que el problema se puede resolver de la noche a la mañana.
Por principio de cuentas, las partes en conflicto han declarado, sin sombra de duda, que no harán concesiones en lo fundamental. El ex presidente Zelaya ha dicho que él sólo acepta que se le reinstale en el sillón presidencial, y el gobernante actual, don Roberto Micheletti, ha proclamado que tal salida es, sencillamente, impensable y en modo alguno factible.
Entre tanto, la comunidad internacional ha comenzado a estudiar los documentos elaborados por el Poder Judicial de Honduras, y eso ha modificado la idea inicial de muchos que pensaban que este paso era una brutalidad militar tradicional y una violación a las leyes de la República.
Las visitas que algunas personalidades hondureñas han hecho a Estados Unidos produjeron un efecto en el Congreso de aquel país e indujeron al presidente Barak Obama y a la secretaria de Estado Hilary Clinton, a ver muchos matices que al principio se ignoraban y que evidencian que el ex gobernante Zelaya no sólo tenía un plan encaminado a implantar el autoritarismo en Honduras, sino que contaba con el respaldo estratégico de Hugo Chávez, el dictador venezolano, para financiarlo y convertirlo en realidad.
En la medida que la verdad se ha abierto paso, las medidas de presión, tales como el anuncio de que la ayuda económica sería suspendida, han sido vistas bajo una nueva luz. La señora Clinton ya ha dicho que la asistencia para los más pobres se mantendrá, y que espera a los comicios de noviembre para verificar si marchamos hacia la democracia.
Siga leyendo el articulo de opinión que trae el diario La Prensa de Tegucigalpa, Honduras
Por principio de cuentas, las partes en conflicto han declarado, sin sombra de duda, que no harán concesiones en lo fundamental. El ex presidente Zelaya ha dicho que él sólo acepta que se le reinstale en el sillón presidencial, y el gobernante actual, don Roberto Micheletti, ha proclamado que tal salida es, sencillamente, impensable y en modo alguno factible.
Entre tanto, la comunidad internacional ha comenzado a estudiar los documentos elaborados por el Poder Judicial de Honduras, y eso ha modificado la idea inicial de muchos que pensaban que este paso era una brutalidad militar tradicional y una violación a las leyes de la República.
Las visitas que algunas personalidades hondureñas han hecho a Estados Unidos produjeron un efecto en el Congreso de aquel país e indujeron al presidente Barak Obama y a la secretaria de Estado Hilary Clinton, a ver muchos matices que al principio se ignoraban y que evidencian que el ex gobernante Zelaya no sólo tenía un plan encaminado a implantar el autoritarismo en Honduras, sino que contaba con el respaldo estratégico de Hugo Chávez, el dictador venezolano, para financiarlo y convertirlo en realidad.
En la medida que la verdad se ha abierto paso, las medidas de presión, tales como el anuncio de que la ayuda económica sería suspendida, han sido vistas bajo una nueva luz. La señora Clinton ya ha dicho que la asistencia para los más pobres se mantendrá, y que espera a los comicios de noviembre para verificar si marchamos hacia la democracia.
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