lunes, agosto 03, 2009

No se avizora el fin de la crisis hondureña

El gobierno de facto hondureño desafió este fin de semana a Estados Unidos por presionar para que regrese del depuesto Manuel Zelaya. ‘No hay país poderoso y pueblo en el mundo, que pueda doblegarnos'', aseguró el presidente de facto Roberto Micheletti la noche del sábado, afirmando sin dar fundamentos que el frente interno que apoya a Zelaya, con bloqueos de carretera y manifestaciones, comenzó a "debilitarse''. "En esta tierra se respeta lo que los gobiernos dicen'', agregó Micheletti, quejándose porque el embajador de Washington en Tegucigalpa, Hugo Llorens, visitó el miércoles pasado a Zelaya en la frontera de Nicaragua con Honduras.

Desde el 28 de junio, cuando se consumó el golpe, el gobierno de facto afronta las presiones de Estados Unidos y de toda la comunidad internacional, pero no cede, apoyado en empresarios y en los principales dirigentes de los dos grandes partidos, Liberal y Nacional, ambos de derecha.

En declaraciones publicadas el domingo por el diario madrileño El País, el canciller español Miguel Angel Moratinos afirmó, por su parte, que su gobierno no avalará elecciones en Honduras que se lleven a cabo bajo el gobierno de facto.

"Es indudable que, si se celebran elecciones con un gobierno de facto, y sin garantías internacionales, no lo podemos avalar'', dijo Moratinos, al ser interrogado acerca de si el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero reconocerá al gobierno que surja de las elecciones de noviembre en Honduras.

Zelaya pasó brevemente el sábado por la localidad de Ocotal, en la zona fronteriza de Nicaragua con Honduras y donde se entrena una rudimentaria fuerza rebelde autodenominada "ejército popular pacífico'', tras lo cual regresó a Managua para preparar un viaje a México.

Allí tiene previsto analizar el martes, junto el presidente Felipe Calderón, la reactivación de la mediación que encabeza el presidente de Costa Rica y Premio Nobel de la Paz, Oscar Arias, una negociación que Zelaya había dado por fracasada tras dos ruedas de diálogo que generaron mucha expectativa.

"Quiero decir desde aquí, a los diferentes miembros de la sociedad hondureña que se debaten en las calles contra este régimen de represión que (...) la sangre que están derramando no va a ser en vano, porque vamos a luchar infatigablemente'' hasta revertir el golpe militar, dijo Zelaya durante su breve incursión por la zona fronteriza.

Siga leyendo el artículo del diario El Nuevo Herald de Miami

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