Silvio Berlusconi, el primer ministro italiano, no olvidará nunca el 7 de octubre del 2009. Ese día, el Tribunal Constitucional tumbó la llamada Ley Alfano, que desde el año pasado, cuando se aprobó, lo había blindado contra procesos penales. Presentada por un ministro de ese apellido e inspirada por este magnate que desde hace veinte años entró a la política y ha sido jefe del gobierno en tres períodos, la ley ofrecía inmunidad a Berlusconi frente a cuatro acusaciones por corrupción que le seguía la justicia.
Bendecido por la norma, arropado por su mayoría parlamentaria y con alta popularidad en las encuestas, el camino parecía despejado para alargar el berlusconiato varios años más. Pero todo queda en entredicho al decretar el Tribunal la inconstitucionalidad de la medida, al hallar que viola el principio de igualdad ante las leyes. En efecto, el primer ministro y las cabezas de Cámara y Senado quedaban exentos de una responsabilidad que obliga a los demás ciudadanos. Caída la Ley Alfano, Berlusconi podría terminar en prisión sus días de político, multimillonario y extravagante provocador internacional. El proceso más delicado tiene que ver con su asesor financiero inglés, David Mills, condenado hace siete meses por recibir 600.000 euros de Berlusconi para que mintiera a favor de él en dos procesos que se le seguían en Milán. El soborno está probado y también la responsabilidad del primer ministro, al que solo protegía el blindaje a la medida que le fabricó su coalición política.
Un columnista italiano describió la decisión del Tribunal como "la peor jornada de Berlusconi desde que ingresó a la política". Un corresponsal francés habla de "hecatombe". The New York Times lo califica como un "golpe directo" contra quien es el más notable político, el hombre más rico y el empresario de medios más poderoso de Italia. Los abogados de Berlusconi replican con un retorcido argumento, según el cual "la igualdad es ante la ley, pero no ante su aplicación". Y el afectado alega que el Tribunal está tomado por "la política de izquierda" y que él sigue adelante
Siga leyendo el editorial del diario El Tiempo de Bogotá
Bendecido por la norma, arropado por su mayoría parlamentaria y con alta popularidad en las encuestas, el camino parecía despejado para alargar el berlusconiato varios años más. Pero todo queda en entredicho al decretar el Tribunal la inconstitucionalidad de la medida, al hallar que viola el principio de igualdad ante las leyes. En efecto, el primer ministro y las cabezas de Cámara y Senado quedaban exentos de una responsabilidad que obliga a los demás ciudadanos. Caída la Ley Alfano, Berlusconi podría terminar en prisión sus días de político, multimillonario y extravagante provocador internacional. El proceso más delicado tiene que ver con su asesor financiero inglés, David Mills, condenado hace siete meses por recibir 600.000 euros de Berlusconi para que mintiera a favor de él en dos procesos que se le seguían en Milán. El soborno está probado y también la responsabilidad del primer ministro, al que solo protegía el blindaje a la medida que le fabricó su coalición política.
Un columnista italiano describió la decisión del Tribunal como "la peor jornada de Berlusconi desde que ingresó a la política". Un corresponsal francés habla de "hecatombe". The New York Times lo califica como un "golpe directo" contra quien es el más notable político, el hombre más rico y el empresario de medios más poderoso de Italia. Los abogados de Berlusconi replican con un retorcido argumento, según el cual "la igualdad es ante la ley, pero no ante su aplicación". Y el afectado alega que el Tribunal está tomado por "la política de izquierda" y que él sigue adelante
Siga leyendo el editorial del diario El Tiempo de Bogotá


No hay comentarios.:
Publicar un comentario