
A fines de 2001, las perspectivas del mullah Muhammad Omar parecían absolutamente negras. El líder talibán, tuerto y con escasa educación, había huido en una moto después de que sus milicianos sufrieron una derrota aplastante a manos de los estadounidenses que invadieron Afganistán.
Gran parte del mundo celebró su expulsión, y los afganos festejaron el retorno de la educación para las niñas, la música y todos los placeres cotidianos que había prohibido el nefasto gobierno fundamentalista.
Ocho años más tarde, Omar es el líder de un movimiento insurgente que ha ganado terreno en gran parte de Afganistán enfrentándose a las mucho mejor equipadas fuerzas estadounidenses y de la OTAN. Lejos de ser apenas una insignificante nota al pie en un texto de historia, representa ahora un irritante desafío de seguridad para el gobierno de Barack Obama, un reto que ha consumido a los asesores del presidente, ha dividido al Partido Demócrata y ha causado la frustración de muchos estadounidenses.
"Es una historia sorprendente", dijo Bruce Riedel, un ex funcionario de la CIA que coordinó la primera revisión que hizo la administración Obama de la política en Afganistán. "Se trata de un individuo semianalfabeto que se ha encontrado con apenas un puñado de no musulmanes en toda su vida. Y ha logrado hacer uno de los más notables retornos militares de la historia moderna."
Los funcionarios estadounidenses están evaluando la importancia de esta reaparición: ¿Omar es el cerebro que planea los astutos cambios de tácticas y de propaganda que los talibanes han instrumentado en los últimos años, o tiene ayuda de los servicios de inteligencia paquistaníes? ¿Los talibanes estarán dispuestos a entablar negociaciones, tal como insinuó Omar en su declaración del 19 de septiembre, o su red podrá ser dividida y debilitada de alguna otra manera? ¿Es necesario infligir una derrota total a los talibanes para garantizar que Afganistán nunca más sea un refugio de Al-Qaeda?
Adoración
El hombre que ocupa el centro del acertijo de la política estadounidense sigue siendo un misterio, y es objeto de adoración mítica por parte de sus seguidores y de mucha especulación por parte de las agencias de inteligencia de todo el mundo.
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