La urgencia de llegar a un acuerdo es obvia. En ambos bandos se reconoce esa necesidad y así lo evidencia, precisamente, el inicio ayer de lo que podría ser la etapa final con el acompañamiento de la comunidad internacional representada por los miembros de la comisión de la OEA.
Sin embargo, a pesar de que no hay otra salida posible, sino es la negociada, que también conviene a ambas partes ya que no pueden sostener por más tiempo la actual confrontación, lo cierto es que existen elementos extremistas que con diversas artimañas quieren fortalecer sus posiciones para llegar a la mesa del diálogo a imponerlas, sin ceder nada.
Ojalá que solo sean los estertores de las posiciones extremistas las demostraciones de ayer, en el campo anteriormente mencionado, como la pretensión de Zelaya de poner ultimátum para su restitución y la violación del derecho a manifestarse por parte de las fuerzas uniformadas o la generación de violencia callejera por parte de los opositores al régimen actual.
Esperamos que sean los sectores moderados los que lleven la voz cantante en este proceso, que se logren morigerar los ímpetus extremistas, y que el pragmatismo ante la situación dada y el amor por Honduras y su pueblo se imponga ante los caprichos e intereses personales o de grupo.
El optimismo y el interés de una pronta solución expresado por los delegados extranjeros y más de lo mismo por parte de las partes en pugna fue lo más destacado en la ceremonia de instalación del diálogo.
Pero lo realmente importante es que al momento de sentarse a negociar las partes en conflicto tengan la voluntad necesaria para llegar a un acuerdo y los acompañantes extranjeros tengan el talento suficiente para mantener inalterable el clima de diálogo.
Los extremistas fueron los causantes de la actual crisis y también de que se haya prolongado durante tanto tiempo. Pero su etapa, que nunca debió haber comenzado, ya terminó. Ahora le corresponde a los moderados, a los conciliadores, a los sensatos, de ambos bandos, poner todo su empeño para encontrar una salida civilizada a esta difícil situación.
Ojalá que muy pronto estemos viendo salir "humo blanco" de las mesas de las negociaciones instaladas ayer para que vuelva la democracia, la tranquilidad y tengamos un gobierno reconocido por todos los países del mundo.
Fuente: Diario El Heraldo de Tegucigalpa, Honduras
Sin embargo, a pesar de que no hay otra salida posible, sino es la negociada, que también conviene a ambas partes ya que no pueden sostener por más tiempo la actual confrontación, lo cierto es que existen elementos extremistas que con diversas artimañas quieren fortalecer sus posiciones para llegar a la mesa del diálogo a imponerlas, sin ceder nada.
Ojalá que solo sean los estertores de las posiciones extremistas las demostraciones de ayer, en el campo anteriormente mencionado, como la pretensión de Zelaya de poner ultimátum para su restitución y la violación del derecho a manifestarse por parte de las fuerzas uniformadas o la generación de violencia callejera por parte de los opositores al régimen actual.
Esperamos que sean los sectores moderados los que lleven la voz cantante en este proceso, que se logren morigerar los ímpetus extremistas, y que el pragmatismo ante la situación dada y el amor por Honduras y su pueblo se imponga ante los caprichos e intereses personales o de grupo.
El optimismo y el interés de una pronta solución expresado por los delegados extranjeros y más de lo mismo por parte de las partes en pugna fue lo más destacado en la ceremonia de instalación del diálogo.
Pero lo realmente importante es que al momento de sentarse a negociar las partes en conflicto tengan la voluntad necesaria para llegar a un acuerdo y los acompañantes extranjeros tengan el talento suficiente para mantener inalterable el clima de diálogo.
Los extremistas fueron los causantes de la actual crisis y también de que se haya prolongado durante tanto tiempo. Pero su etapa, que nunca debió haber comenzado, ya terminó. Ahora le corresponde a los moderados, a los conciliadores, a los sensatos, de ambos bandos, poner todo su empeño para encontrar una salida civilizada a esta difícil situación.
Ojalá que muy pronto estemos viendo salir "humo blanco" de las mesas de las negociaciones instaladas ayer para que vuelva la democracia, la tranquilidad y tengamos un gobierno reconocido por todos los países del mundo.
Fuente: Diario El Heraldo de Tegucigalpa, Honduras
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