Más de 20 personas han muerto hoy en Pakistán en una cadena de ataques perpetrados en distintos puntos del país y dirigidos contra las fuerzas de seguridad paquistaníes. Según fuentes oficiales, varios atentados se han registrado en Lahore, al este del país, y en Kohat, situada al noroeste. La ola violencia que sacude al país ha causado alrededor de 140 fallecidos en diez días.
El ataque más grave se ha dado en Lahore, concretamente en la oficina de investigación federal (FIA), asaltada a las 9.50 horas locales (03.50 GMT). Un comando insurgente se ha hecho con varios rehenes, aunque más tarde la Policía ha dicho haberse hecho con el control de las instalaciones.
Una fuente policial ha asegurado al canal privado Express Tv que esa acción terrorista ha concluido con tres heridos y siete muertos entre policías, funcionarios de la agencia y atacantes, y que uno de los asaltantes ha sido detenido por las fuerzas de seguridad.
Además, los insurgentes han perpetrado un doble ataque suicida con un tiroteo de por medio en la academia de cadetes de Manawan, un centro en las afueras de la ciudad, que ya había sido atacado en marzo, según informa una fuente policial. Al menos cinco policías han muerto en el doble ataque.
Los otros centros atacados son un edificio de la policía de élite situado en la zona de Bedian -donde hay al menos siete heridos-, y un centro policial de respuesta ciudadana en que al parecer tuvo lugar un tiroteo, dijo otra fuente policial al canal Express Tv.
De manera casi simultanea, en la ciudad de Kohat, situada al noroeste, en la conflictiva Provincia de la Frontera Noroeste (NWFP), otro atentado ha matado al menos a diez personas y una docena han resultado heridas. Un terrorista suicida ha empotrado su vehículo cargado de explosivos contra la comisaría policial en la zona de Saddar.
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