La ONU cifra en 90 las personas rescatadas bajo los escombros. Ante la inoperancia de Naciones Unidas, el Ejército norteamericano ha comenzado a repartir la ayuda internacional entre problemas de inseguridad e infraestructuras. Más 14.000 bolsas de comida y 15.000 litros de agua han sido distribuidos entre los escombros de Puerto Príncipe. El Ejército estadounidense ha comenzado a repartir comida y agua para ayudar a la paupérrima población de Haití. Más de 14.000 bolsas de comida y 15.000 litros de agua han empezado a ser distribuidos en las últimas horas en el noreste de Puerto Príncipe por unos 2.000 marines y 1.000 soldados rasos, según fuentes militares. Los soldados han desembarcado en el infierno haitiano equipados por decenas de vehículos de tierra, una docena de helicópteros y cargamento médico.
Las fuerzas de Estados Unidos han logrado hacer llegar a la capital de Haití, Puerto Príncipe, 45 toneladas de suministros, pero ahora afrontan el reto de distribuirlas por el país, algo complicado por la inseguridad y la falta de infraestructuras en el país.
El teniente general Ken Keen, responsable de la Fuerza Conjunta que opera en Haití, ha hecho hincapié en los problemas de inseguridad que se viven en algunas zonas, que si bien no son extremadamente superiores a antes del terremoto sí crean problemas puntuales para la distribución de la ayuda. "Hay incidentes de violencia que nos impiden entregar la asistencia humanitaria y debemos de hacer frente a estos problemas", ha dicho el militar, quien ha destacado que la Misión de Pacificación de la ONU en Haití (MINUSTAH) está haciendo "todo lo que puede" para resolver este problema.
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