El presidente Álvaro Uribe, un hacendado de carácter firme, transformó a Colombia durante los últimos ocho años al adoptar una política más dura contra la guerrilla que ha desestabilizado a este país andino durante décadas.
Cuando el domingo los colombianos acudan a las urnas para elegir a su sucesor, tendrán por delante una difícil decisión: optar por un candidato con un estilo tan recio como el de Uribe que promete completar su labor o un filósofo que promete limpiar la política colombiana y concentrarse en temas como la educación.
En un lado está Juan Manuel Santos, el candidato del Partido de la U y quien se desempeñó como ministro de Defensa de Uribe. Santos, que es visto como una opción segura, es un miembro de la clase política tradicional de Colombia, es descendiente de un ex presidente y es primo de Francisco Santos, el actual vicepresidente. En el otro lado se encuentra el candidato del Partido Verde, Antanas Mockus, un filósofo transformado en político que ocupó la alcaldía de Bogotá por dos términos y que usa una barba tipo profeta. Mockus inspira a muchos colombianos quienes le dan crédito por haber instaurado un nuevo sentido de civilidad.
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