El crecimiento de China se aceleró inesperadamente en el primer trimestre de 2010, de acuerdo con un sondeo de The Wall Street Journal que muestra cómo un incremento del crédito bancario y el auge inmobiliario desafiaron los esfuerzos del gobierno para evitar que su gigantesco programa de estímulo recalentara la economía.
Los resultados ayudan a explicar por qué el gobierno, que había adoptado medidas moderadas para enfriar el crecimiento, apuró el paso a mediados de abril con el anuncio de un paquete de restricciones más radicales de lo esperado sobre los préstamos hipotecarios y las compras de bienes raíces. La encuesta, la última de una serie que The Wall Street Journal realiza trimestralmente desde el año pasado, le preguntó a economistas sobre sus proyecciones de crecimiento desestacionalizados frente al trimestre anterior. El método se ajusta a la forma en la que la mayoría de las principales economías del mundo reportan su Producto Interno Bruto, pero China sólo calcula variaciones del PIB relativas al mismo período del año previo, una cifra que puede ser menos sensible a los cambios de la economía. La Agencia Nacional de Estadística del país empezará a divulgar tasas de crecimiento secuenciales desestacionalizadas, pero aún no lo ha hecho.
De acuerdo con la proyección media de los 12 economistas sondeados por The Wall Street Journal, el PIB de China se expandió 10,7 % en el primer trimestre frente al trimestre previo sobre una base anualizada y desestacionalizada. La cifra representa un alza frente al crecimiento anual de 10,2% registrado en el cuarto trimestre de 2009.
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