Se complica España: huelga por tiempo indefinido en el subte

La crisis financiera internacional, España, huelga, subte Madrid y sus sufridos vecinos han padecido un verdadero calvario el martes y miércoles por una huelga total del subte que paralizó la capital española y produjo un caos sin precedentes en la vida ciudadana. Pero eso fue apenas el comienzo.

Una asamblea de delegados decidió ayer continuar con la huelga por tiempo indefinido aunque respetando los servicios mínimos del 50% que consideran injustos. Es en protesta por el recorte anunciado en sus sueldos. El sábado y domingo habrá una pausa y se levantarán las medidas de fuerza porque son días de poca incidencia para la circulación del Metro.

“El lunes vamos a decidir las características de la continuación de la huelga”, advirtió uno de los dirigentes.

Algunos líderes sindicales señalaron que los problemas sociales en España se irán agravando y tendrán una especial repercusión el 29 de setiembre cuando está convocada una huelga general contra los programas del gobierno.

Esta es la primera consecuencia de las reducciones de salarios a los empleados y servidores públicos provocados por los planes para disminuir a rajatabla el déficit público.

El lunes los sindicatos del Metro (subte) iniciaron una huelga de protesta por los recortes salariales que les anunció el gobierno de la comunidad de Madrid gobernada por el opositor Partido Popular.

La medida produjo de inmediato consecuencias muy negativas sobre el traslado de las 2,5 millones de personas que todos los días utilizan una extensa red de 282 kilómetros (60 km en Buenos Aires) con 282 estaciones. El Metro de Madrid es la octava red de este tipo en el mundo. Es también una de las más modernas.

Lo peor llegó el martes cuando los sindicatos se negaron a cumplir con los servicios mínimos que el gobierno de la Comunidad fija en 50%. Los gremios decidieron declarar la huelga total y demostraron que el Metro es una clave vital para la vida madrileña.

Nadie se esperaba semejante parálisis del transporte. Los taxis se colmaron, los autobuses iban a tope, llenos de pasajeros apretados contra puertas y ventanas jalonadas por rostros desesperados que fueron registrados puntualmente por los medios de comunicación.

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