miércoles, agosto 11, 2010

Doblar la página

Un comienzo nuevo y realista. Así puede describirse el capítulo que escribieron ayer Juan Manuel Santos y Hugo Chávez al cabo de más de tres horas de reunión en la Quinta de San Pedro Alejandrino, en Santa Marta, que dio como resultado inmediato el pleno restablecimiento de las relaciones diplomáticas y comerciales entre Colombia y Venezuela. No deja de ser simbólico que el escenario que vio a Simón Bolívar entregar su alma al creador en tiempos de discordia, ahora haya servido para que regrese la sensatez entre dos naciones hermanas.

Lo sucedido, sin duda alguna, es una buena noticia. No solo es el triunfo de la audacia de ambos mandatarios y de la dedicación de sus cancilleres al decidir tomar el toro por los cuernos y acabar de un plumazo con una de las principales fuentes de tensión en el hemisferio, sino que es un logro de la diplomacia y el diálogo directo, dos principios que fueron esbozados por Santos en la posesión presidencial del sábado pasado y puestos en práctica con singular rapidez.

Además, lo hecho es una victoria del pragmatismo, al aceptar el apoyo clave de Unasur y de su secretario, el ex presidente argentino Néstor Kirchner. En otras circunstancias, cualquier intento habría fracasado en las recriminaciones mutuas si los respectivos jefes de Estado se hubieran puesto a examinar los desacuerdos del pasado. La única posibilidad de avanzar era la de doblar la página y mirar hacia adelante.

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