jueves, diciembre 16, 2010

Una cumbre marcada por el espectro de un estallido

Los líderes de los 27 países de la Unión Europea (UE) que asistirán a partir de hoy a la cumbre de Bruselas tendrán un ojo puesto en las cotizaciones de los bonos de la deuda, los mercados y las agencias de calificación, y el otro en los focos de violencia social que se multiplican poco a poco en todo el continente.

Los disturbios de los últimos días en Grecia, Gran Bretaña e Italia parecen revelar el grado de exasperación de los europeos por el costo de los ajustes impuestos por la crisis, que se traducen en despidos, inflación y reducción de los presupuestos sociales. Incluso los países más prósperos y virtuosos de la región han tenido que ajustarse el cinturón.

En Alemania, el ministro de Economía, Rainer Brüderle, anunció esta semana que el crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI) para 2011 será de 1,8%. Aunque es más de lo que Berlín esperaba, será sin embargo la mitad del crecimiento registrado este año. Sin agotarse, la demanda por productos "Made in Germany" disminuirá el año próximo, al mismo tiempo que el conjunto de la economía mundial. Ese será también el caso de Estados Unidos, Japón y muchos otros países europeos.

La crisis asoma en todos los rincones del bloque. En Irlanda, cuyo déficit alcanza la cifra colosal de 32% de su PBI; en Grecia, que no consigue enderezar su presupuesto; en Portugal y España, que están en la cuerda floja, en Italia y otros países, que podrían seguir el mismo camino.

Anteayer, la agencia de calificación Standard & Poor's decidió darle a Bélgica una nota de perspectiva "negativa", frente al "estable" que tenía hasta ese momento. Por su parte, Moody's anunció ayer que volverá a bajar la nota "Aa1" de España, debido a "sus elevadas necesidades de financiación en 2011". Esa situación, según la agencia, deja prever nuevos períodos de tensión para Madrid cuando deba financiarse en los mercados.

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