En la recta final antes de la presentación formal de candidatos, la presidenta Cristina Kirchner envió ayer un fuerte mensaje de continuidad en el poder. Repasó los logros de su gestión, pidió a sus militantes y seguidores no distraerse en contestar "injurias y provocaciones" y sostuvo, en cambio, que ante los "agravios" ella debía " seguir adelante ".
En el comienzo de una semana crucial ante la inminente definición de la jefa del Estado de buscar su reelección, habló por cadena nacional desde Rosario , donde presidió el acto por el Día de la Bandera. "Debemos sobreponernos a las descalificaciones y las injurias. Que nada nos distraiga ni provoque", apuntó.
El clima de campaña se coló en el discurso, a pesar de que la Presidenta volvió a esquivar públicamente una definición electoral. Convocó a los argentinos a acompañarla. "Somos nosotros los máximos responsables de cambiar actitudes frente a los que piensan diferente, sin renunciar a nuestro proyecto, al contrario, reafirmándolo, porque estamos muy seguros del rumbo que tomamos", lanzó cuando faltan muy pocos días para el cierre de la presentación de listas.
El sábado a la medianoche vencerá el plazo legal para la inscripción de las fórmulas electorales, y hasta el momento Cristina Kirchner es la única, entre los posibles candidatos presidenciales, que todavía mantiene la incógnita.
Ayer, la jefa del Estado compartió el palco oficial con el gobernador de Santa Fe, el socialista Hermes Binner, que también aspira a la Casa Rosada. La disputa se hizo presente en la celebración patria: Binner desistió de dar su discurso durante el acto. Según explicaron fuentes de su gobierno, el "clima partidario" que había entre los militantes, la mayoría identificados con el kirchnerismo, podría haber transformado la convocatoria en una pelea electoral.
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