Los mercados siguen con Italia en su punto de mira. La presión no cesa, y después de pulverizar ayer todos los récords negativos en su deuda, la prima de riesgo se mantiene sobre los 570 puntos básicos, y el interés de su bono a diez años repite sobre el 7,4%. Italia, además, afronta el reto hoy de colocar 5.000 millones en letras a 12 meses.
Nunca desde la introducción del euro Italia había afrontado una emisión de deuda con unos niveles de alerta como los existentes en la actualidad. No en vano, la jornada de ayer barrió todos los récords negativos previos.
La prima de riesgo se disparó ayer hasta situarse por encima de los 570 puntos básicos, lejos de la barrera de los 500 puntos que en otros países como Portugal desencadenó el rescate económico por parte de la Unión Europea.
La situación es igualmente crítica en el interés exigido al bono italiano a diez años. Su rentabilidad se elevó hasta rozar el 7,5%, superando la cota que muchos analistas consideran el "punto de no retorno" y que obligó a otros países como Irlanda a solicitar la ayuda de las autoridades europeas.
En medio del ultimátum para que Italia apruebe nuevas reformas antes de este fin de semana, la incertidumbre política derivada del periodo de transición entre la salida de Berlusconi y la celebración de elecciones agrava el pesimismo económico.
Las compras del Banco Central Europeo no son suficientes para frenar las alertas que genera la deuda italiana, en niveles superiores a los que presentaban Irlanda y Portugal antes de ser rescatados. Pero la dimensión de la mayor economía periférica complica una solución. De ahí que los inversores continúen reacios a la toma de posiciones en la deuda italiana.
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