Ocho
Meses después del inicio de las revueltas en Siria, 3.500 muertos según Naciones Unidas (ONU) y con 15.000 presos de conciencia entre rejas, la Liga Árabe ha dado esta noche al presidente Bashar Asad tres días más de plazo para firmar un protocolo que ya se le ha hecho llegar y en el que exigen que permita la entrada en el país de observadores árabes.
En caso de que no dé su visto bueno se impondrán sanciones económicas que no afectarán a la población civil ni directa ni indirectamente, ha dicho en Rabat el ministro de Exteriores qatarí, Hamad Bin Jassim.
La Liga Árabe también ha pedido a Siria que retire a su delegado permanente, Yusef Ahmed, de la organización tras unas declaraciones "no diplomáticas" que realizó el pasado sábado.
En un comunicado distribuido tras la conferencia de prensa celebrada este miércoles en Rabat por los representantes de la Liga Árabe, la organización exige que "el Gobierno sirio se disculpe oficialmente tras las declaraciones no diplomáticas del delegado permanente sirio hacia el Consejo de la organización".
Yusef Ahmed, aseguró que la decisión del organismo panárabe de suspender a Damasco es "ilegal e infringe su estatuto y reglamento interno". En declaraciones, Ahmed denunció que la organización panárabe está sometida a EEUU y Occidente. "Es un escandaloso anuncio de que su administración está sometida a agendas estadounidenses y occidentales", dijo el delegado permanente de Siria.
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