
Hosni Mubarak se encuentra a un paso de la muerte. En medio de informaciones confusas y contradictorias, el exdictador egipcio fue trasladado este martes de la prisión en la que cumple condena a un hospital en el que se encuentra inconsciente y conectado a un respirador tras un accidente cerebral. La agencia estatal de noticias Mena informa, sin embargo, de que el hombre que gobernó Egipto con mano de hierro durante tres décadas está “clínicamente muerto”, citando fuentes hospitalarias.
Con el paso de las horas, otras fuentes han informado de que Mubarak se encontraba inconsciente, conectado a un respirador, y que ha tenido que ser reanimado, pero que no ha muerto. Esta madrugada, las noticias que salen de la prisión en la que estaba encerrado y de los despachos militares continúan siendo contradictorias.
Las noticias llegan en un momento político muy complicado en Egipto. La elección del sucesor de Mubarak y las reticencias de la Junta Militar a ceder el poder han sembrado de incertidumbres la tortuosa transición egipcia. En las primeras elecciones presidenciales libres de la historia del país, los Hermanos Musulmanes han cantado una victoria que el candidato rival, Ahmed Shafiq, el último primer ministro del dictador, disputa. Está previsto que el próximo jueves se conozca el nombre del sucesor de Mubarak tras las presidenciales del fin de semana.
La noche de este martes, entre las miles de personas concentradas todavía en la plaza Tahrir, movilizadas por los islamistas, se respira una mezcla de indiferencia e incredulidad a medida que llegan las noticias. Algunos manifestantes explican que para ellos el enemigo ahora es la Junta Militar, no Mubarak.
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