Los 36.965 millones de euros del rescate europeo a las entidades financieras españolas intervenidas por el Estado vienen acompañados de un severo plan de reestructuración que, aunque dirigido en exclusiva a las cuatro firmas, promete generar importantes daños colaterales. Uno de los más directos es el efecto que producirá sobre la cartera de empresas participadas por Bankia, Catalunya Banc, Novagalicia y Banco de Valencia. Un ejemplo claro, y casi sorpresivo, es el de Mapfre. La aseguradora afronta la desinversión del 15% que controla Bankia, lo que ya ayer le costó una caída del 3,71% en el parqué. El peor comportamiento de la sesión en todo el Ibex exceptuando el de los títulos de la propia Bankia, que se dejaron un 9,34%.
"Hay margen de maniobra", aseveró ayer el presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, al admitir que la participación en su socia "está a la venta", argumentando que Bruselas les da cuatro años para llevar a cabo una desinversión en activos no estratégicos por un total de 50.000 millones de euros para finales de 2015, cuando deberán reducirse a 40.000 millones. De los 24.800 millones que la entidad presidida por Gorigolzarri debe destinar a provisiones, 4.300 millones irán dedicados a la pérdida de valor de sus participadas.
Los responsables de Bankia también detallaron que la entidad se desprenderá de su filial en Miami, City National Bank of Florida (CNB). "Es un banco excelente, pero lo venderemos", asumió Goirigolzarri, que obtuvo un beneficio neto de 32,2 millones de dólares (unos 26 millones de euros) durante los nueve primeros meses del año, un 7% más que en el mismo periodo del año anterior.
Otro tanto le tocará a Novagalicia, que deberá deshacerse de su 5,2% en Sacyr (que cayó ayer un 1,83%), de su 2,71% en NH hoteles, o de su 5,05% en Adolfo Domínguez, así como de una amplia cartera en compañías no cotizadas.
Catalunya Banc, por su parte, no tiene previsto tocar, de momento, su reducida cartera industrial: un 1,49% en Gas Natural, un 1,13% en la Seda de Barcelona o el 0,57% en Colonial. Al encontrarse la entidad en proceso de subasta, en la que Banco Santander o BBVA se dibujan como los principales postores, será su comprador el que termine decidiendo qué hacer con ella en función de sus propios intereses. El mandato de desinversión de Bruselas, en todo caso, llega a unas entidades que se preparan para la nueva regulación de Basilea III, que penaliza la tenencia de participadas.
Fuente. DIARIO CINCODÍAS DE ESPAÑA
No hay comentarios.:
Publicar un comentario