A primera hora de la mañana de este martes ha sido exhumado el cadáver de Yasir Arafat, el histórico líder palestino. El objetivo es tomar las muestras necesarias para determinar las causas de la muerte delrais en 2004 a los 75 años. Una reciente investigación halló dosis anormales de polonio radiactivo en prendas íntimas de Arafat, lo que ha dado pie a la reapertura del caso. Las tesis que apuntan a un posible envenenamiento del que fuera una de las bestias negras de Israel cuentan con un amplio apoyo entre la población palestina. Los resultados de la autopsia que ha dado comienzo podrían zanjar de una vez por todas el misterio que rodea la muerte del mítico dirigente desde hace ocho años.
Varios obreros cubren el mausoleo de Arafat para realizar la exhumación. / ABBAS MOMANI (AFP)
La exhumación se ha realizado en presencia de tres equipos extranjeros. En primer lugar, participa el equipo de técnicos suizos que, junto con la cadena catarí Al Yazira, desveló recientemente los resultados de los análisis del laboratorio radiológico de la Universidad de Lausana. Un grupo de juristas franceses también ha viajado a Ramala para presenciar la exhumación, después de que Suha Arafat, la viuda del rais, presentara una querella ante la justicia francesa al conocerse los datos que podrían confirmar la tesis de la muerte por envenenamiento. Participa por último en la exhumación un equipo de técnicos rusos. El presidente palestino, Mahmud Abbas, decidió contar con la presencia rusa debido a los lazos históricos con Moscú, pero también por la experiencia de los rusos en cuestiones relacionadas con el polonio radiactivo. La participación de tres equipos extranjeros ha complicado un proceso ya de por sí delicado, reconocen las autoridades en Ramala.
Cada equipo de investigadores obtendrá sus propios resultados, que se han comprometido a compartir con las autoridades palestinas. Las conclusiones definitivas podrían demorarse hasta la primavera del año que viene, según explican fuentes próximas a la investigación.
La exhumación cuenta con la aprobación de Suha Arafat, a pesar de que en su día se negó a que le practicaran la autopsia. Otros miembros de la familia, en particular su sobrino, el prominente político palestino Naser Al Qidua, se oponen a lo que consideran una profanación del cadáver de Arafat.
Fuente. DIARIO EL PAÍS DE ESPAÑA
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