La cumbre europea de esta semana (22 y 23 de noviembre) transformará Bruselas en un bazar presupuestario, en el que 27 líderes europeos regatearán sin miramientos por aportar lo menos posible a las cuentas de la UE... o por llevarse el mejor pedazo de un presupuesto de un billón de euros. La única regla del juego es que vale casi todo. Pero conviene tener en mente algunas claves que, a continuación, detallamos.
EL CÓMO Y EL PORQUÉ
¿Qué se negocia en la cumbre del 22 y 23 de noviembre?
El Marco Financiero Plurianual (MFP) de la UE para 2014-2020, es decir, el cuadro que servirá de referencia para aprobar después los presupuestos anuales durante esos siete años.
¿Los presupuestos, entonces?
No exactamente, porque los presupuestos se aprueban anualmente. Pero el MFP fija el máximo que se podrá gastar. Los técnicos lo comparan con la emisión de una tarjeta de crédito, en la que se fija al cliente un límite de gasto por debajo del cual debe mantenerse.
De un billón de euros para siete años.
¿Es mucho?
En términos absolutos, sí. En términos relativos, no tanto. Por ejemplo,los socios de la UE movilizaron contra la crisis financiera casi cinco billones de euros, de los que se han gastado hasta ahora 300.000 millones de euros (casi 3% del PIB) en recapitalización y 900.000 millones en avales y medidas de liquidez.
¿Cuánto se gasta la UE cada año?
Sale a unos 150.000 millones de euros para cada año, que es un poco más del 1% de PIB europeo. En total, solo supone el 2% del gasto público en el continente. El 98% se aprueba y gestiona a nivel nacional. La mayor parte del presupuesto de la UE revierte, además, a los Estados en forma de inversión o ayudas agrícolas.
¿Es complicado el reparto?
Técnicamente, no, porque se trata de un marco con parámetros casi invariables: el 80% ya está asignado (a fondos estructurales y subsidios agrícolas). Otro 14% va destinado a políticas internas y política exterior (incluida la ayuda al desarrollo). Y el 6% restante a gastos de administración.
¿Entonces se aprobarán sin problemas?
No.
¿Por qué no?
Porque se trata de un acuerdo políticamente sensible, que cada Gobierno intenta rentabilizar a nivel nacional. Los países pobres, cantando victoria por las potenciales ayudas multimillonarias conseguidas. Los ricos, si han logrado reducir su factura. Y el Reino Unido, si mantiene el llamado cheque británico, una rebaja en su aportación que logró Margaret Thatcher en 1984.
LA CUMBRE
¿Quién negociará en la cumbre?
Los presidentes de Gobierno o de Estado de los 27 socios de la UE, a partir de una propuesta de la Comisión Europea.
¿Es la primera ronda de negociaciones?
No, en principio es la última, porque técnicos y diplomáticos llevan meses negociando la base del acuerdo. Además, hoy lunes, y mañana martes (20 de noviembre), el consejo de ministros de Asuntos Europeos de la UE intentará despejar algunos puntos conflictivos.
Y en la cumbre, ¿cómo es el proceso de negociación?
El jueves por la mañana, los 27 líderes de la UE se reunirán, uno por uno, con el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, quien intentará hacerse una idea los objetivos de cada uno de ellos y de sus “líneas rojas” (el mínimo para no vetar).
Ese mismo día, el 22 de noviembre, a partir de las ocho de la tarde, comenzará la cumbre (Consejo Europeo) propiamente dicha, con vistas a aprobar el viernes el acuerdo definitivo (aunque no está garantizado que se logre)
¿Cómo se aprueba?
Por unanimidad de los 27. Es decir, cualquiera de ellos puede vetar. Después se requerirá el visto bueno del Parlamento Europeo, que no puede enmendar el acuerdo pero debe dar su consentimiento por mayoría
¿Qué ambiente se espera para la cumbre?
Tenso. Quienes han participado en otras cumbres presupuestarias recuerdan que, a partir de las tres de la madrugada, la diplomacia suele dejar paso a los chantajes, las amenazas y hasta los insultos. Todo a la vez.
¿Qué pasa si no hay acuerdo el viernes?
Se seguirá negociando en otra cumbre, previsiblemente en febrero (bajo presidencia irlandesa).
¿Y se paraliza el gasto?
El primer presupuesto del nuevo Marco es 2014, así que todavía daría tiempo a tramitarlo a finales de año. Pero políticamente podría ser muy perjudicial para la UE porque complicaría otras negociaciones en marcha (como la creación de un supervisor financiero único).
EL ACUERDO (SI LO HAY)
¿Qué debe contener el acuerdo del viernes sobre el Marco Financiero Plurianual (MFP)?
En primer lugar, el techo de gasto general que no se podrá superar y el gasto previsto (siempre inferior al anterior, claro).
En segundo lugar, el gasto máximo anual comprometido para cado uno de los siete ejercicios y el gasto anual previsto para cada uno ellos.
Y en tercer lugar, el reparto anual del presupuesto por cada uno de los capítulos en que se divide (Cohesión, Agricultura, Seguridad, Exteriores, Administración y Compensaciones).
¿Y cómo se financia todo ese gasto?
Con los aranceles ingresados en las fronteras exteriores de la UE, con una parte del IVA recaudado en cada país y, sobre todo, con una cuota nacional en función de la riqueza de cada país.
¿Cuánto le cuesta eso a España?
En 2011 España aportó 9.625,7 millones de euros, incluidos los 423 millones de euros para el cheque británico.
¿Y cuánto recibe?
En 2010 recibió 13.105,1 millones de euros.
¿A qué equivale el saldo favorable para España?
En el último período (a partir de 2007), el saldo favorable para España equivale a menos del 0,5% de su PIB, porque las ayudas se concentran en los países de Europa central y del Este (para Polonia, por ejemplo, el saldo favorable rozaba el 2,5% de su PIB en 2010).
¿Por qué se negocia para un plazo tan largo (siete años)?
Para dar cierta estabilidad al presupuesto de la UE y evitar una trifulca cada año. Antes de adoptar este sistema, hubo cuatro ocasiones (1979, 1984, 1985 y 1987) en que no se pudo acordar el presupuesto del siguiente ejercicio y hubo que prorrogar, por doceavas partes, el del ejercicio anterior.
EL REGATEO
¿Cuál es la propuesta de la Comisión para los próximos siete años?
Un techo de gasto para los siete años de 1,03 billones de euros. Y un gasto previsto total de 987.000 millones de euros.
El techo de gasto anual sería de 147.000 millones de euros(equivalente al 1,06% de la Renta Nacional Bruta) y un gasto anual previsto de 141.000 millones.
Por capítulos: casi medio billón de euros para la política de Cohesión; 386.000 millones para la Política Agrícola Común; 18.000 millones para Seguridad y Ciudadanía; 70.000 millones para Exteriores; 63.165 para Administración; y 27 millones para Compensaciones.
¿Se mantendrán esas cifras?
No, se rebajarán.
¿Por qué?
Varios países quieren recortarlas entre un 10% (Alemania) y un 20% (Reino Unido).
¿Qué opina España?
Podría apoyar la propuesta de la Comisión pero España “no ve con malos ojos” que se recorte un poco el gasto, según fuentes diplomáticas.
¿Qué recortes se prevén?
La presidencia semestral de la UE, ocupada ahora por Chipre, ha planteado un recorte de casi 50.000 millones de euros (5%). El presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, casi 80.000 millones de euros (8%).
¿Qué capítulos soportan los recortes?
En Cohesión y en Política Agrícola.
¿Qué puede suponer para España?
España podría perder hasta 20.000 milllones de euros respecto a los siete años anteriores, calculan fuentes diplomáticas. Entre 2007 y 2013, España tenía asignados 35.000 millnes de euros en fondos estructurales y unos 49.000 millones en subsidios agrícolas.
¿Hay margen para recortar otras partidas?
No mucho, porque Cohesión y Agricultura suponen casi el 80% del presupuesto.
¿Y cuánto cuestan los funcionarios?
El gasto administrativo, según la propuesta de la CE, se llevaría 50.450 millones de euros. Y las pensiones más las escuelas europeas (en las que estudian los hijos de los funcionarios), otros 12.200 millones de euros. En total, el gasto administrativo supone alrededor del 5,7% del presupuesto.
¿No se puede recortar ahí?
La CE asegura que esa partida ya está muy ajustada y que no ha crecido a pesar de que las instituciones han ampliado sus competencias o el número de lenguas en las que trabajan.
¿Y no se puede rascar algo más?
Bruselas asegura que ya ha acometido reformas que han permitido un ahorro de 3.000 millones de euros y generarán otro ahorro de 5.000 millones hasta 2020. Y propone también una reducción del 5% en personal, una ampliación de las horas de trabajo (de 37,5 a 40 semanales) y un retraso en la edad de jubilación (de 63 a 65 años).
¿Entonces no se tocarán las condiciones laborales de los funcionarios?
Es probable que sí, porque la mayoría de los Gobiernos son partidarios de hacer un recorte para visualizar que la austeridad también se aplica en Bruselas. Los sindicatos de los funcionarios ya han convocado movilizaciones para el día 22 con el objetivo de obstaculizar la cumbre. Otro obstáculo más.
Fuente. DIARIO CINCODÍAS DE ESPAÑA
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