Aunque el presidente Hugo Chávez ha tratado de mantener el hermetismo en torno al tipo de cáncer que lo afecta, en los círculos médicos especializados de la región se presume que estaría afectado por un sarcoma (tumor que se origina en tejidos conectivos, incluidos músculos) y que el órgano comprometido podría ser la vejiga.
Este tumor inicial fue extirpado en Cuba a mediados del 2011 durante una cirugía que se habría complicado por la perforación de la última parte del tubo digestivo; esto obligó al Presidente a permanecer varios días hospitalizado.
También se presume que el tamaño de la masa haya sido relativamente grande, lo que explicaría la aplicación de quimioterapia después de la cirugía para eliminar las células malignas residuales, lo que se evidenció en la caída del cabello. El manejo de esta clase de tumores también requiere radioterapia.
Paralelamente, y para contrarrestar la inflamación y otros efectos colaterales de los tumores, se utilizan esteroides, lo que explicaría el aumento de volumen que tuvo el Presidente. Según los especialistas, los sarcomas tienen una alta probabilidad de replicarse en las zonas de las que son extraídos, y mucho más en áreas donde, como en el caso del presidente Chávez, es muy difícil retirar radicalmente los tejidos potencialmente afectados.
Técnicamente hablando, la reaparición no constituye una metástasis. Sin embargo, como estas reapariciones han sido recurrentes, la última expresada por el Presidente el sábado pasado, se está ante un caso muy grave que ensombrece su pronóstico.
Dependiendo de su estado y del sitio de la reaparición, tendría que someterse de nuevo a una cirugía, que dadas las condiciones podría ser más amplia y complicada que la anterior, e incluso comprometer lo que queda de vejiga y órganos pélvicos, con las consecuentes derivaciones tanto del intestino como del sistema urinario.
Si la cantidad de radiación aplicada lo permite, podría requerir dosis adicionales y otra línea de quimioterapia.
Sin embargo, ante la no claridad sobre los sitios en los cuales reaparecieron las células cancerosas, también podría tratarse de metástasis, es decir, la existencia del tumor por fuera del órgano inicial, lo que de por sí constituye un estado avanzado de una enfermedad que, dependiendo de su condición, podría estar iniciando su fase terminal. El pronóstico es, sin duda, sombrío. De tratarse de otro tipo de tumor, la situación sigue siendo grave.
Fuente. DIARIO EL TIEMPO DE BOGOTÁ
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