Casi obligada, forzada por un contexto sumamente adverso, la Presidenta debió ceder y ayer decidió postergar el tratamiento del pliego que prevé el ascenso de César Milani a teniente general. Fue tras el debate de la Comisión de Acuerdos del Senado y marcó el cierre de una extensa jornada en la que, a las críticas de la oposición y de organismos de derechos humanos, se les sumaron una dura -y sorpresiva- carta del Centro de Estudios Legales y Sociales, CELS, en rechazo al jefe del Ejército y la fuga de varios aliados K.
La decisión, además de evitarle al kirchnerismo una casi segura derrota en el recinto, le permite a Cristina intentar quitar de la agenda un tema polémico en medio de la campaña electoral y, mientras tanto, respaldar en su cargo a Milani. Aunque esta situación amenaza con seguir erosionando la bandera de los derechos humanos que el kirchnerismo hasta aquí lució con orgullo.
Con este panorama, la bancada conducida por Miguel Pichetto quedó sin margen de maniobra.
Es que, a pesar de que oficialmente se dijo que la decisión se tomó “en virtud de la más que evidente desnaturalización del procedimiento” y “en la necesidad de preservar a las Fuerzas Armadas de convertirse en objeto de disputa electoral”, el freno de mano al que recurrió Cristina se debió a que el oficialismo sacó cuentas y corroboró que no tenía el número necesario para aprobar el pliego.
El punto de inflexión fue el viraje del CELS, una semana después de haber respaldado la designación de Milani. El organismo dirigido por el kirchnerista Horacio Verbitsky envió una carta a la Comisión de Acuerdos en la que advirtió sobre nuevas pruebas que vinculan al jefe del Ejército con la violación de los derechos humanos y pidió rechazar el ascenso de Milani. El CELS se refirió al rol del militar en la desaparición del conscripto Alberto Ledo y en la denuncia del ex preso político Alfredo Olivera. La procuradora general, Alejandra Gils Carbó, otra aliada K, también cambió de actitud y ayer reseñó las denuncias contra Milani. La intempestiva actitud de Verbitsky de enviar sin previo aviso la nota, tomó al kirchnerismo mal parado. La oposición aprovechó esto y durante las dos horas que duró el debate giró sus cuestionamientos sobre las denuncias contra Milani avaladas por el CELS.
Miguel Pichetto, jefe de bloque, intentó minimizar el impacto y apuntó: “No hay nada concreto que indique que haya cambiado la situación procesal de Milani”. No obstante, le ordenó a Marcelo Guinle, titular de la comisión, que llamara a un cuarto intermedio (inicialmente fijado para hoy) con el objetivo de “analizar” los pasos a seguir y conseguir algo de tiempo a la espera de órdenes de Cristina.
La señal desde la Casa Rosada llegó tras un cónclave que mantuvo Cristina en su despacho con el ministro de Defensa Agustín Rossi y el secretario Legal y Técnico Carlos Zannini.
El bloque radical pidió el pase a disponibilidad y advirtió que “con esta postergación, el Gobierno sigue ocultando la responsabilidad de Milani en delitos de lesa humanidad”.
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