jueves, julio 18, 2013

El Rey Juan Carlos sobre su recuperación: 'Ahora sólo pienso en mí'

Una breve charla informal en los jardines de la embajada de España en Rabat ha dado pie al Rey para lanzar un mensaje de advertencia a los que quieren acelerar su recuperación: "Voy a pensar en mí, voy a hacer lo que sea bueno para mí".
El Rey Juan Carlos, el Rey Mohamed VI, y su hermano Mulay Rachid en Rabat. | J.J. Guillén / Efe
Fue el miércoles por la noche, cuando Don Juan Carlos estuvo una media hora en la recepción oficial con españoles residentes aquí. Al llegar, dio un pequeño discurso en el que le faltó claramente el aliento ante la preocupación de su entorno.
La visita a Marruecos, de cuatro días y que continúa hoy, ha sido diseñada para que el Rey disponga del máximo tiempo posible de descanso entre los distintos actos. Aún así, está resultando intensa para él, que tiene que apoyarse en dos muletas para caminar. El miércoles por la noche ofreció signos de cansancio aunque no tuvo actos entre las dos de la tarde y las ocho de la noche.
A preguntas de los periodistas sobre su estado de salud, la respuesta fue bromista: "Estoy mejor que vosotras". No obstante, reconoció que el año pasado, tras operarse en abril de la cadera que se fracturó cazando en Botsuana, se precipitó a la hora de regresar a la actividad pública, apenas seis semanas después: "La otra vez corrí y así me fue. Me estaban empujando dentro y fuera de la casa. Esta vez voy a ir a mi ritmo. Ahora sólo pienso en mí".
"La casa me está empujando", insistió el Rey. "Pero yo voy a pensar en mí, voy a hacer lo que sea bueno para mí".
Don Juan Carlos no desarrolló más sus respuestas, realizadas de pie junto al ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, que le ha acompañado hasta esta mañana, cuando ha regresado a España para asistir a un acto de Marca España en Valencia.
Sobre el uso continuado de muletas para caminar, señaló que será él quien decida el momento de dejarlas: "Cuando coja confianza".
Este viaje le supone un esfuerzo físico, pero el Rey está satisfecho porque se produce en un momento idóneo en el que Madrid y Rabat no tienen contenciosos abiertos y sólo priman las relaciones económicas. Según Don Juan Carlos, que esta tarde vuelve a Madrid, "todo ha ido muy bien". No sólo porque las "relaciones entre los Gobiernos son buenas", sino también por "la sintonía" que él siente con su homólogo marroquí. "Nos llevamos muy bien humanamente", ha dicho en referencia a su relación con Mohammed VI, que es 26 años más joven que él y con cuyo padre, Hassan II, Don Juan Carlos trabó una íntima amistad que concluyó en la denominación de hermano.
En este punto, Margallo intervino en la charla para apostillar que gracias a esta visita, Juan Carlos I y Mohammed VI son ahora "más que tíos, hermanos". Son muchas las emociones que el Rey está sintiendo en este viaje. Durante la charla, Don Juan Carlos, de 75 años, recordó la primera vez que viajó a Marruecos, con sus padres, los Condes de Barcelona. Lo hizo en 1947, dijo, "por placer".
Tenía entonces Don Juan Carlos 9 años y aún no había sido enviado a vivir a España para ser educado junto a Franco. Se hospedó, como rememoró junto a Margallo, en el Minzah, el mítico hotel al que acudían estrellas de cine, reyes y escritores cuando Tánger aún era una ciudad abierta y cosmopolita en la boca del Estrecho de Gibraltar.
"He venido muchas veces", señaló el Rey para explicar el cariño que sienten por él los marroquíes. "Y vendría más. Lo que pasa es que es complicado".
Un único punto oscuro pudo enturbiar la luna de miel entre Madrid y Rabat en este viaje. Los kafelantes, un grupo de 61 familias españolas que han acogido a un niño con el método de la adopción islámica y que se han quedado varados en Marruecos porque el Gobierno islamista les pone trabas a que los niños sean educados en España. La embajada desactivó la amenaza de los kafelantes de manifestarse ante la puerta durante la recepción ofreciéndoles entrar con los niños y hablar con el Rey.
Así lo hicieron. Don Juan Carlos fue muy sincero con ellos cuando le imploraron para que intercediera por ellos y poder regresar a España con sus hijos. "Es un tema judicial y nosotros no podemos hacer nada", les dijo el Rey, que según Zarzuela sí ha comentado esta semana con su homólogo marroquí este drama humano.
Cuando una madre, entre lágrimas, le hizo ver que llevaban casi dos años esperando, Don Juan Carlos respondió: "Y lo que llevarán". Antes de continuar el recorrido por el jardín de la embajada, el Rey oyó a esa madre decir: "Usted es la única esperanza que nos queda".
Varios representantes de La Zarzuela hablaron luego con los afectados para asegurarles que el jefe de la Casa, Rafael Spottorno, se ha tomado este asunto "como una cuestión personal".
Mohammed VI ya ha intercedido por ellos antes de la visita de Juan Carlos I, y 28 de las 61 familias han recibido a sus hijos aunque no puedan salir de Marruecos. Debido a esas reformas que tan ampliamente alaba España, el monarca alauí tiene ahora un poder limitado desde hace dos años, cuando se creó la nueva Constitución. Los kafelantes, como les dijo el Rey, tendrán que armarse de paciencia.

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