La mayoría de los medios trasandinos han recogido así la visita oficial que realiza a Chile el Presidente Néstor Kirchner. El dairio El Clarín de Buenos Aires.
Pusieron al frente las obras de integración y Lagos dio su apoyo al reclamo por Malvinas. El Presidente, poco atado a las cuestiones protocolares, esta vez cumplió puntual y puntillosamente la vertiginosa agenda. Tantas formalidades tuvieron su recompensa: el agradedimiento por el caso Schaëfer, fortalecer la relación bilateral con acuerdos económicos concretos y, sobre todo, descomprimir el meneado tema de la disminución de la exportación de gas a Chile. Lagos necesitaba tanto o más que Kirchner sacarle presión a la cuestión, utilizada por sectores de derecha que lo trata de "blando" en su relación con Argentina. Kirchner trajo un esquema de discurso que sonó crudo, pero que estaba atemperado con datos que también llevaron un poco de tranquilidad a los chilenos.En la reunión a solas que tuvo con Lagos y luego públicamente, le dijo que la Argentina le dará a Chile "todo el gas que pueda", siempre que no afecte el suministro a los argentinos. "Ustedes harían lo mismo y estarían en lo correcto", acotó.En mayo de 2003, cuando Kirchner visitó por primera vez el Palacio de la Moneda para buscar apoyo ante el inminente —y luego frustrado— ballottage con Carlos Menem, el chileno le dio un solo consejo si llegaba a ser presidente: "Más vale decir que no, que decir que sí y luego no poder cumplir". Sin duda esta vez Kirchner le hizo caso.Pero el Presidente también dio buenas nuevas a Lagos. Le anunció inmediatas mejoras en Loma de la Lata, de donde sale buena parte del gas que se exporta a Chile, y un pronto aumento de 6 millones de metros cúbicos de gas por día. Esto tendría como consecuencia que que si el invierno no es extremadamente crudo y Bolivia —proveedor de Argentina— se mantiene políticamente estable, Chile no se vería tan afectado como el año pasado.


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